La verdad sobre la extrema derecha ucraniana

x Aris Roussinos 

Ucrania no es un Estado nazi, como afirma la propaganda de Putin, sino una democracia imperfecta. Pero la extrema derecha y los neonazis sí tienen un peso militar que han venido ganando en gran medida en el campo de batalla, y perjudican no a Rusia, sino a la propia Ucrania.

Denunciarlos no es hacerle el juego a la invasión, sino poner de relieve los peligros que entraña su potencial crecimiento, quizás sobre las propias ruinas del Estado ucraniano.

Como cualquier guerra, pero quizá más que la mayoría, la guerra en Ucrania viene siendo el escenario de un bombardeo desconcertante de declaraciones y réplicas en la web por parte de los simpatizantes de ambos bandos. La verdad, verdades parciales y mentiras descaradas compiten por el dominio en el relato de los medios. Sin duda, uno de los ejemplos más claros es la afirmación de Vladímir Putin de que Rusia invadió Ucrania para «desnazificar» el país. La aseveración rusa de que la Revolución de Maidan de 2014 fue un «golpe fascista» y de que Ucrania es un Estado nazi ha sido utilizada durante años por Putin y sus simpatizantes para justificar la ocupación de Crimea y el apoyo a los separatistas rusoparlantes en el este del país, y ha ganado muchas adhesiones en la web.

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Reventando el polvorín ucraniano

x Rafael Poch de Feliu

La OTAN justifica su vigencia en la necesidad de afrontar problemas por ella creados. Un repaso a una crisis de treinta años.

I) Pueblos hermanos

Se dice que rusos y ucranianos son “pueblos hermanos”, y es verdad. Siglos de vida en común, dos lenguas bien parecidas y una geografía sin obstáculos físicos, de llanuras surcadas por ríos mansos, que complica y difumina todo concepto de frontera. Al mismo tiempo, el parentesco fraternal no es incompatible con fuertes diferencias de carácter. Cuando una abuela dice sobre sus nietos, “¡Qué diferentes son, parece mentira que sean hermanos!” está formulando un tópico familiar de los más recurrentes. Veamos algunas de esas diferencias.

Como tantos otros países, Ucrania contiene una considerable diversidad regional entre el Oeste y el Este. Simplificando: cuanto más hacia Rusia, más ruso se habla, mayor influencia del cristianismo oriental adscrito al Patriarcado (ortodoxo) de Moscú y menos perceptible se hacen las diferencias fraternales. Cuanto más al Oeste mas fuerte es la identidad nacional ucraniana, el carácter mixto (oriental-occidental) del cristianismo, etc., etc.

A lo largo de su historia, Ucrania vivió varios procesos de integración, bien en la órbita rusa, bien en la polaca. Al colisionar con el poder superior ruso, el nacionalismo burgués ucraniano se vio condenado a colocarse bajo patronazgo extranjero. En el siglo XX sus efímeros gobiernos se afirmaron bajo la protección militar alemana (el del atamán Skoropadski) o polaca (Petliura). El nacionalismo popular ucraniano fue más anti polaco y anti judío que anti ruso. Políticamente fue frecuentemente socialista o social-revolucionario y al final, en un contexto de grandes convulsiones como los de la guerra civil rusa, tuvo que decantarse entre blancos y rojos en beneficio de los segundos.

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Ucrania: Zelensky está dispuesto a rendirse

x Red Voltaire

Durante la noche del 25 al 26 de febrero, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski comunicó a ‎la embajada de la República Popular China en Kiev una propuesta de alto al fuego dirigida ‎a Rusia. ‎

En respuesta, la parte rusa le comunicó inmediatamente sus condiciones:‎

 – arresto de todos los nazis (como el consejero militar especial Dimitro Yarosh [1] y los ‎responsables y miembros del batallón Azov, entre otros);‎
 – eliminación de todos los nombres de calles y monumentos que glorifican a los personajes que ‎colaboraron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial;‎
 – orden de deponer las armas. ‎

Los objetivos de la operación militar especial rusa en Ucrania no tienen nada que ver con lo que afirma la ‎propaganda de los medios de prensa atlantistas. Como en las guerras anteriores, los grandes ‎medios de difusión están dejándose engañar. ‎

El líder nazi Dimitro Yarosh reaparece como ‎consejero del jefe de las fuerzas armadas de ‎Ucrania

x Red Voltaire

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, nombró al líder nazi Dimitro Yarosh consejero del jefe ‎de las fuerzas armadas ucranianas, el general Valeri Zaluzhni. El nombramiento data del 2 de ‎noviembre de 2021. ‎

Fundador del partido ultranacionalista Pravy Sektor (Sector Derecho), Dimitro Yarosh pertenece ‎desde hace tiempo a las redes secretas de la OTAN conocidas como stay-behind. En 2007, ‎la CIA estadounidense le confió la coordinación de los grupúsculos nazis e islamistas ‎contra Rusia, durante la segunda guerra de Chechenia, y Yarosh los reunió en Ternopol, ciudad ‎del oeste de Ucrania. ‎En 2014, ya a la cabeza de Pravy Sektor, Yarosh tuvo un papel central en los acontecimientos de ‎la plaza Maidan [1].‎

A raíz del putsch de la plaza Maidan, Dimitro Yarosh fue diputado y candidato a la elección ‎presidencial. Gravemente herido en 2015, tuvo que alejarse de la vida pública durante varios años. ‎

Yarosh reaparece ahora como consejero del jefe de las fuerzas armadas y presunto responsable de ‎haber orientado a elementos del batallón Azov y a jóvenes combatientes extranjeros el ‎bombardeo contra varias localidades del Donbass durante la Conferencia de Seguridad de Munich ‎‎–realizada del 18 al 20 de febrero. Entre los combatientes extranjeros que participaron en esa ‎provocación parece haber varios yihadistas traídos a Ucrania desde Siria. ‎

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