Comunidades de Oaxaca rechazan los parques eólicos de las multinacionales

x Enric Llopis

“Es limpia, abundante y confiable, económica, de bajo impacto y crea empleos”. La Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) apunta que, a finales de 2017, la capacidad de energía obtenida del viento instalada en México sumaba 4.005 megavatios, de los que 2.360 correspondían al estado de Oaxaca. Las previsiones en 2018 se elevan a 5.891 megavatios en todo el país, y 2.756 en Oaxaca. Asimismo los principales fabricantes de aerogeneradores en México son las multinacionales Siemens Gamesa, Acciona y Vestas, según la página Web de la asociación, que cifra en 42 los parques eólicos operativos en el país.

El Istmo de Tehuantepec es, por la fuerza de los vientos, los más intensos de México, una región estratégica para la producción de energía eólica. En el Istmo se sitúa el complejo Oaxaca II-III-IV, propiedad de Acciona: tres parques eólicos -con capacidad operativa de 306 megavatios- inaugurados en 2012 por el expresidente Felipe Calderón con el reclamo de ser “el mayor complejo eólico de América Latina”. En 2016 otro exmandatario, Enrique Peña Nieto, participó en el acto inaugural de la Central Eólica Sureste I (segunda fase), con una capacidad de 100 megavatios y una inversión de Enel Green Power de 157 millones de dólares. Se ubica en el municipio oaxaqueño de Asunción Ixtaltepec.

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Puerto Chiapas un nuevo espacio capitalista trasnacional

x Agustín Ávila Romero

Por increíble que pueda parecer el gobierno federal de México afina la llegada de inversiones multimillonarias a un puerto que no existía cuatro décadas atrás, proyectándolo como estratégico en la dinámica de saqueo de materias primas, explotación de recursos naturales, el impulso de la agro-hidro-minería y la dominación de mercados tanto en Chiapas como en Guatemala, El Salvador y Honduras, principalmente.

Con la entrega de más de 8 mil hectáreas al capital trasnacional y el diseño de obras de infraestructura entre las que destacan la rehabilitación del ferrocarril Chiapas-Mayab operado por una empresa extranjera, la ampliación del puerto entregada a sectores privados para su administración, la construcción de un gasoducto de Salina Cruz a Puerto Chiapas por parte de la empresa española Enagas, el establecimiento de parque eólicos solares de Iberdrola y Grupo Azteca fundamentalmente, y de industrias extractoras y procesadores de Palma Africana, entre las principales acciones; comienza en esa región frontera entre México y Guatemala, la conformación de un clúster económico y social donde coinciden las actividades portuarias, una Zona Económica Especial la de Puerto Chiapas, una zona turística y la conformación de una Parque Agrologístico dedicado al proceso y exportación de productos frutales básicos de la región como el plátano, el café , la palma africana y el mango. A ello suma la visualización de la construcción de un complejo minero-industrial que impulse más fuertemente el extractivismo minero en toda la región y las demandas de minerales por parte de Estados Unidos y China principalmente.

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La lucha contra las Zonas Económicas Especiales apenas comienza

x Alberto Colin Huizar

De vestimenta impecable, reloj de lujo, traje de importación y corbata azul finamente planchada, Gerardo Gutiérrez Candiani, empresario oaxaqueño titular de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), se dispuso a conversar en televisión (canal once) con Ezra Shabot [1] sobre su vida empresarial, las reformas y el futuro del capital privado en México. No es la primera vez que lo hace. Acostumbrado a emitir mensajes en video, se propuso mostrar la potencia de los empresarios a la hora de construir políticas. Como si fuera parte del 1% del arriba que lo domina todo, planteó su gran proyecto de ZEE como el “ejemplo del desarrollo”. En su imagen idílica del país como tablero de apuestas y jugando a ser dios, intenta imponer su idea de que los campesinos e indígenas son como sujetos del videojuego de estrategia Age of Empires y se les puede dar la orden de trabajar o morir en el momento que se requiera. Este es el ideal de los empresarios, los cuales ven en las ZEE la mayor apuesta del sexenio.

En un texto anterior [2], señalé algunas ideas clave para entender qué son y cómo están operando los procesos de despojo territorial a partir de la implementación de las ZEE en el sur de México. Ahora me propongo examinar algunos artículos fundamentales contenidos en la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales y mostrar el avance de la maquinaria extractiva bajo el ensamble capital-Estado que sobrepone la movilidad de los negocios aprovechando el desastre social provocado por los fenómenos naturales (en el caso de Oaxaca) y la violencia totalitaria (en el caso de Veracruz).

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