Libro. La vía chilena al socialismo 50 años después. Tomo II. Memoria

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El gobierno de Salvador Allende fue una fiesta, provocada por las transformaciones operadas por la Unidad Popular. Las principales de ellas fueron la estatización de la banca; la nacionalización del cobre; la creación del área de propiedad social; la intensificación de la reforma agraria; el desarrollo del poder popular a nivel municipal, a través de los llamados Comandos Comunales y Cordones Industriales; la creación de las Juntas de Abastecimiento y Precios (JAP) para combatir el desabastecimiento; y la participación de los trabajadores en la gestión de empresas públicas.

En resumen, fue una fiesta porque intentó el tránsito del capitalismo al socialismo por la vía pacífica e institucional; un intento original, pues en casi todos los otros intentos hubo un componente armado. Pero fue una fiesta interrumpida. La alegría que se expresó, por ejemplo, en la gran marcha popular del 4 de septiembre de 1973 se transformó en melancolía pocos días después.

Eso ocurrió debido a la guerra declarada por la oposición. Algunas de las múltiples expresiones de esa guerra fueron el paro camionero de octubre de 1972 y el alzamiento militar del 29 de junio de 1973. El primero duró un mes y buscó generar un caos que obligara al gobierno de Allende a renunciar. El segundo constituyó una especie de ensayo del golpe de Estado, el cual fracasa porque no logra movilizar más fuerzas, por lo que es resuelto en la tarde del mismo día.

Finalmente, el 11 de septiembre tiene lugar el golpe. Ese día en la mañana, Allende realiza su último discurso en el cual habla de las grandes avenidas donde transitará en el futuro el hombre nuevo.

También informa que solo muerto dejará La Moneda. Después de una mañana de lucha, Allende entra para siempre en la historia. Se une a Balmaceda y Recabarren, los grandes suicidas de la historia de Chile. Pero Allende no solo fue un héroe cívico, también fue un gran estadista, que protagoniza el gobierno más democrático de la historia de Chile.
¿Por qué el gobierno de Salvador Allende debe ser recordado hoy, cincuenta años después de la elección del 4 de septiembre de 1970?

Debe ser recordado por lo que fue ese gobierno y también por lo que representa la figura del presidente.
El novelista Hernán Valdes en su libro A partir del fin le hace decir al protagonista: “¿Allende, por qué nos has abandonado cuando eras nuestro padre? La paternidad de Allende se debe por ser el principal impulsor de la “revolución con empanadas y vino tinto”. O sea, de un proceso donde se busca que los sectores populares sean los protagonistas. Por eso, Salvador Allende y la Unidad Popular siguen vigentes hoy pese a la derrota y a los errores cometidos. Porque un proceso de ese tipo no se ha vuelto a repetir.

Todo esto se puede ver en el libro que ustedes leerán a continuación.

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