Espionaje global: de la Operación Rubicon al Pegasus

x Ricardo Ragendorfer

La empresa del régimen israelí NSO Group está en medio de un escándalo mundial por la venta de un software utilizado para espiar presidentes, periodistas y activistas

En la mitología de la Antigua Grecia, Pegaso (o Pegasus, en latín) es el corcel alado que montó Belerofonte, un héroe algo arribista, en su fallido vuelo hacia el Olimpo con el propósito de ocupar un sitial a la diestra de Zeus.

En el presente, el Programa Pegasus es el Caballo de Troya del fisgoneo global: un software de espionaje masivo a teléfonos celulares, desarrollado y distribuido por la empresa privada israelí NSO Group. Su tecnología permite a terceros el acceso directo a conversaciones, mensajes de texto, fotos, archivos y contactos del usuario; también posibilita el control irrestricto de la cámara y el micrófono del aparato, con capacidad de activarse en cualquier momento, incluso cuando se encuentra apagado.

Actualmente, habría más de 50.000 números telefónicos infiltrados en alrededor de 50 países, según un informe elaborado en forma conjunta por Forbidden Stories -una organización sin fines de lucro con sede en París- y Amnistía Internacional. Sus conclusiones iniciales acaban de ser reveladas por un pool de 80 periodistas, pertenecientes a 17 medios de Europa y los EEUU, como The Guardian, Le Monde, Süddeutsche Zeitung, The Wall Street Journal y The Washington Post.

Claro que del total de celulares puestos bajo el ojo avizor de semejante engendro tecnológico –cuya lista de números telefónicos no especificaba los nombres de sus abonados–, el mencionado informe apenas pudo identificar a unos 1.500 afectados. Pero dicha cantidad bastó para tensar aún más la ya de por sí frágil concordia del planeta por una razón de peso: entre ellos, hay -por ahora- nada menos que 13 Jefes de Estado en funciones o ya cumplidas, junto -en casi todos los casos- a sus ministros, colaboradores y familiares. Entre las víctimas, resalta el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el de México, Andrés Manuel López Obrador. La variada nómina de blancos preferenciales del sistema se completa con dirigentes políticos (600, de acuerdo al informe), periodistas (189), activistas de DDHH (85) y empresarios (65).

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Entrevista a Thomas Vescovi. “Israel es un Estado de derechas, con cada vez más tendencias fascistas”

x Julien Salingue

Thomas Vescovi es un investigador independiente en historia contemporánea. Acaba de publicar, en la editorial La Découverte, L’échec d’une utopie : une histoire des gauches en Israël (El fracaso de una utopía: una historia de la izquierda en Israel). Hablamos con él sobre la situación política en Israel. Esta entrevista se llevó a cabo antes de la nueva y violenta agresión colonial contra las y los palestinos.

Julien Salingue: Desde hace casi dos décadas, cada vez que hay elecciones en Israel, se viene escuchando a las y los comentaristas decir que el gobierno que se pondrá en marcha será “el más a la derecha en la historia de Israel”. Obviamente se trata de una expresión, pero dada la fuerte tendencia a la derechización del campo político israelí hay algo de verdad en ella. ¿Cómo se traduce esto en el campo político israelí, ya sea desde el punto de vista de los programas o de las organizaciones? A veces nos perdemos un poco, ya que alguna gente que ayer se presentó como de extrema derecha ahora está clasificada en el centro-derecha, o incluso en el centro…

Thomas Vescovi: Para hacernos una idea, el primer Parlamento israelí, elegido en 1949, tenía 71 escaños (de 120) que podían clasificarse del lado de la izquierda, ya fuera sionista o anticolonial. Hoy debemos tener 72 escaños que están a la derecha o a la extrema derecha. Como anécdota, pero significativa, recuerdo que en 2009 Avigdor Liberman, con su partido Israel Beytenou [Nuestra Casa Israel, partido de habla rusa], fue considerado el representante de la extrema derecha más radical, nacionalista, etc. Hoy Liberman es presentado como centro-derecha. Naftali Bennett, cuando fue elegido en 2013, fue considerado entonces el representante de las y los nacionalistas religiosos, colonos, encarnando lo más extremista en el campo político israelí. Hoy se presenta como la derecha dura, y son las y los kahanistas quienes han heredado este estatus de extrema derecha racista, religiosa, belicosa, etc. Así que, sí, Israel es un Estado que se derechiza, con cada vez más tendencias fascistas, porque para mí no hay duda de que las y los kahanistas son fascistas. La derechización es tal que a veces ya no tenemos léxico para caracterizarla, de ahí esta fórmula sobre el gobierno más a la derecha

J. S.: ¿Y en el lado de la izquierda y del centro-izquierda?

T. V.: Dentro de la izquierda sionista israelí hay una incapacidad para ir más allá, por así decirlo, de la cuestión del sionismo. Desde la creación de Israel [en 1948] ha habido mutaciones profundas en el juego político israelí, con todo un electorado de izquierdas moviéndose gradualmente hacia el centro, votando por un liberalismo económico y político. Las y los judíos de origen ruso, por otro lado, se inclinan cada vez más a votar por un tipo exclusivo de nacionalismo que rechaza derechos compartidos con la población no judía. En el caso de las y los judíos orientales, la visión que se ha impuesto es la de una identidad judía que no es, como defiende la izquierda, una identidad cultural, sino una aspiración a que Israel adopte leyes judías.

En realidad, no podemos entender Israel si no entendemos la existencia de lo que se puede llamar la pirámide de poder: a la cabeza de Israel, en las élites políticas y económicas, todavía tenemos muchas personas judías de origen europeo; en la parte inferior de la escala tenemos a las y los palestinos de Israel, y entre los dos hay una forma de competencia entre los diferentes sectores de la población judía israelí, para estar lo más cerca de la cima y lo más lejos posible de las y los palestinos. Así, las y los judíos orientales, a quienes se dejó claro que en Israel había que ser personas judías y no árabes, lo que no tenía mucho sentido para ellos ya que personas judías y árabes eran lo que habían sido durante siglos, gradualmente se han ido separando de esta arabidad, en favor de un judaísmo exacerbado, hasta el punto de no querer compartir derechos con las y los palestinos y rechazar a la izquierda sionista.

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‎¿Será que está empezando la ‎‎“guerra civil” en Israel?‎

x Thierry Meyssan

El mundo entero es testigo pasivo de nuevos enfrentamientos entre Israel y ‎los palestinos y sigue sin mover ni un dedo ante el derramamiento de sangre. La ‎secuencia de hechos demuestra que potencias extranjeras –Estados Unidos, Irán ‎y Turquía– añaden leña al fuego. Pero ese conflicto es diferente de las demás guerras ‎que se suceden desde hace 73 años en la medida en que estamos ante el posible inicio ‎de una guerra civil en Israel. La cuestión es saber si se trata de un incendio ‎espontáneo o si es provocado. ‎

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La Operación “Guardián de los muros” no reparará los muros del apartheid de Israel

x Jamal Juma

Israel se ha embarcado en una nueva matanza. El jueves día 13 el número de palestinos asesinados por los bombardeos en Gaza ascendía a 83 personas, entre ellas 17 menores [el viernes la cifra ya había ascendido a 120 muertos, 31 menores (N. de T.)]. El ejército israelí ha incrementado su represión y ha atacado la mezquita de Al Aqsa cuatro veces esta semana. Más de un millar de palestinos han resultado heridos.

La cifra está aumentando mientras usted lee esta noticia. En un acto sin precedentes Israel ha reposicionado las tropas que normalmente tiene emplazadas en la Cisjordania ocupada, la denominada “policía de frontera”, dentro de la Línea Verde.

Nos llena de sufrimiento la pérdida de vidas de nuestro pueblo, nuestros heridos, nuestros prisioneros, la destrucción de nuestros hogares y nuestros lugares sagrados.

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La mofeta: otra arma israelí de castigo colectivo

x Yara Hawari 

Las fuerzas israelíes la utilizan como arma de “control de masas” para castigar colectivamente a los civiles palestinos que se atreven a protestar

En Nazaret, Haifa, Ramala, Jerusalén y otros lugares, las y los palestinos se manifiestan contra la limpieza étnica permanente que practica el régimen israelí. Motivados e inspirados ahora por la firme resistencia de las familias palestinas que se enfrentan a los desalojos forzosos de sus hogares en el barrio de Sheij Yarrah de Jerusalén, han salido a la calle con valentía –porque lo hacen a sabiendas de que lo que les espera es una brutal represión por parte del ejército y la policía israelíes.

De hecho, en el recinto de Al Aqsa, donde se ha producido gran parte de la violencia contra los y las manifestantes, los palestinos fueron atacados con gases lacrimógenos y disparos mientras rezaban. Más al sur, Israel ha lanzado ataques aéreos sobre Gaza que han alcanzado edificios civiles y han matado a más de 40 personas, entre ellas al menos 14 menores.

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El apartheid sanitario israelí y la metáfora ‘kibbutz’

x Por Jorge Ramos Tolosa, Liliana Córdova Kaczerginski, Aritz García Gómez 

La campaña de vacunación contra el covid19, o el documental “Generació Kibbutz”, son ejemplos del apartheid del Estado israelí y sus maniobras propagandísticas para negarlo.

En las últimas semanas, se han podido escuchar o leer grandes ovaciones a la eficacia del gobierno del Estado de Israel en aplicar la vacuna contra el covid. Pocas voces se alzan para interpelar con tímida voz a este concierto de alabanzas. ¿Y qué hay de las y los vecinos palestinos de Cisjordania y Gaza?

El IV Convenio de Ginebra establece que Israel es responsable de la salud y el material sanitario de la población palestina bajo colonización y ocupación desde 1967. Además, este convenio fundamental en el derecho internacional dictamina específicamente la obligación de la potencia ocupante de prevenir la propagación de pandemias. Igualmente, aunque se pudiera aducir que los Acuerdos de Oslo transfirieron a la Autoridad Palestina las cuestiones sanitarias, la infraestructura imprescindible para importar, distribuir y administrar la vacuna está bajo un estricto control israelí, el estatus internacional del IV Convenio de Ginebra prevalece sobre acuerdos como los de Oslo y todo el mundo sabe que Israel ha violado y viola estos sistemáticamente.

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Joe Biden: el sionismo enquistado en su gabinete

x Pablo Jofre Leal

La derrota del ex mandatario Donald Trump, en las elecciones presidenciales estadounidenses, del pasado 3 de noviembre del año 2020 generó en el mundo sionista un revuelo mayúsculo, presagiando que los cuatro años de apoyo incondicional de la administración Trump al régimen israelí, podría tener algunas dificultades bajo el nuevo gobierno demócrata.

Las voces agoreras se templaron, cuando comenzaron a aparecer los primeros nombramientos en los cargos gubernamentales de hombres y mujeres, del que sería el gabinete del nuevo mandatario estadounidense y reconocer en ellos a aliados políticos, dotados de la misma visión mesiánica y supremacista que vislumbra que el sostén financiero, político, diplomático, militar y cual padre putativo seguir protegiendo  al que considera su portaaviones  terrestre. Esto, como parte de su estrategia de dominio hegemónico cada día más a la baja en Asia Occidental. Biden se ha dotado de nombres surgidos del establishment, nadie que pueda generar escozor en el conservador mundo demócrata ni rasgar las vestiduras en los republicanos. Negros, latinos, creyentes judíos, sionistas a secas, representantes del mundo LGBT. No hay musulmanes, ni dirigentes del mundo político cercano a Bernie Sanders o a la parlamentaria Ocasio-Cortez. Nadie que pueda ser acusado de “socialistas o radicales” en la peculiar nomenclatura estadounidense. Pero destaca la presencia de numerosos estadounidenses de creencia judía y de ideología sionista.

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El plan de Trump de bantustanes ínfimos para el Estado de Palestina muestra que la solución de «dos Estados» siempre fue una mentira

x Craig Murray

Information Clearing House

He leído las 181 páginas completas del «Acuerdo de paz» de Trump para Israel y es impresionante. No es solo que la «solución» que propone es ridículamente unilateral, es todo el análisis del problema a resolver que se desvela como pura y llana propaganda sionista.

Por ejemplo la palabra «violencia» se usa repetidamente. Pero solo se refiere a la violencia de los árabes. No hay una sola mención de la violencia de Israel contra los palestinos, a pesar de que la proporción de asesinatos entre israelíes y palestinos en los últimos diez años es de aproximadamente 80 a 1. La única mención de la violencia contra los palestinos se relaciona con la expulsión kuwaití de los refugiados palestinos después de la primera guerra del Golfo.

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Conversatorio sobre Palestina y Kurdistán

Conversatorio sobre la lucha anti-imperialista de Palestina y Kurdistán.

Dos pueblos sin estado que llevan décadas resistiendo las políticas imperialistas de reconfiguración espacial, el expolio sistemático de sus recursos naturales y la represión en contra de sus tradiciones y cultura. Con motivo de la visita de Zilan y Abdel a México, se ha organizado un evento en la UACM para exponer las perspectivas anti-imperialistas de ambos procesos.

Lugar: UACM plantel Del Valle

Fecha: 12 de Noviembre del 2018

Hora: 10 am

El «acuerdo definitivo» que Jared Kushner propone para Palestina despojaría a la gente de toda su dignidad

x Robert Fisk
Independent

Después de tres guerras árabe-israelíes, decenas de miles de muertes palestinas y millones de refugiados, ¿realmente cree Kushner que los palestinos se conformarán con dinero en efectivo?

¿No queda otra humillación para los palestinos? Después de Oslo, después de la «solución de dos estados», después de los años de la ocupación israelí -de «Área A» y «Área C» para definir qué tipo de ocupación deben vivir los palestinos- después de la gran colonización judía de tierra robada a sus propietarios árabes, después de los asesinatos masivos de Gaza, y la decisión de Trump de que Jerusalén, toda Jerusalén, debe ser la capital de Israel, ¿se les pedirá a los palestinos que se conformen con dinero en efectivo y una aldea miserable? ¿No les da vergüenza?

Pero a los palestinos pronto se les otorgará el «acuerdo definitivo» -«definitivo», como en el último, definitivo, terminal, concluyente, sin más cartas para jugar, fichas en efectivo, ir a por todas, tómalo o déjalo, al diablo contigo, cese y desista- final del «acuerdo». Un villorrio miserable como capital, sin final de la colonización, sin seguridad, sin ejército, sin fronteras independientes, sin unidad, a cambio de una gran cantidad de dinero, miles de millones de dólares y euros, millones de libras, trillones de dinares y shekels y spondulixes y sucio lucro, la verdadera «ganancia». Leer más

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