No estamos confundidos: la UMA es una medida de referencia de pagos, no para el ingreso
En días recientes se ha discutido sobre la legitimidad del movimiento encabezado por las y los estudiantes de posgrado, quienes defendemos que las becas sean en Salarios Mínimos (SM) y no en Unidades de Medida de Actualización (UMA). En este sentido nos interesa entablar un diálogo con la sociedad, para manifestar nuestra posición ante una situación que también resulta lesiva para los trabajadores del IMSS y que observamos como un proceso de amplias repercusiones.
Algunos personajes han cuestionado que demandemos mayores ingresos en tiempos de austeridad económica para el país. Hace unos días, concretamente el 28 de febrero, Luis Ángel Monroy[1] publicó un texto en el cual dice que las y los becarios CONACYT estamos confundidos al decir NO A LA LEY UMA. Por todo lo anterior, cabe aclarar al autor algunos aspectos.
- El movimiento de estudiantes de posgrado demanda que se vuelva a utilizar al SM como unidad de referencia para calcular las becas CONACYT. La protesta no surgió a partir de “notas sobre posibles recortes a los montos de las becas”, sino a través de la solicitud de información a coordinaciones de posgrado sobre los efectos del uso de la Unidad de Medida y Actualización en dichos montos.
- Monroy contesta con “un rotundo no” a la aseveración sobre que el monto de las becas se redujo con la reforma. Su argumento tiene dos imprecisiones. El primer error es intencional, puesto que calcula los montos en términos nominales; en efecto, las becas se incrementaron un 4.73% con respecto a 2016, iniciando en febrero, pero el incremento representa una caída en términos reales, puesto que la inflación calculada para 2017 es superior al 5%.El segundo error es sostener que las becas podrían incrementarse más que la UMA, lo que infiere de comparar el crecimiento de los montos de las becas (4.73%) con el crecimiento de su unidad de medida (3.35%). Esto constituye un absurdo ya que, a partir de sus fuentes, el autor podría haberse dado cuenta que las becas de 2017 corresponden exactamente a las UMAs de este año (6 para doctorado y 4.5 para maestría). La divergencia que él observa es el resultado de que las becas se hayan ajustado a dicha unidad. Lo que en realidad se demuestra con las cifras mencionadas en dicho texto es que los incrementos anuales de las becas van a ser menores en los próximos años, puesto que el SM seguirá incrementándose en mayor proporción que la UMA.
- Monroy sostiene que era imposible incrementar el salario mínimo sin desindexar las becas. Esta hipótesis contrafactual simplemente se enuncia, sin sostenerse. De hecho, en el decreto el SM se sigue utilizando como valor de medida “para fines propios de su naturaleza, como ocurre en el caso de las disposiciones relativas a seguridad social y pensiones”, es decir, con respecto a ingresos base: el mismo razonamiento podría aplicarse a las becas CONACYT.
Una vez aclaradas los puntos referidos por Monroy, exponemos algunas razones por las cuales defendemos que las becas se sigan tasando en salarios mínimos:
1) La UMA fue creada para poder incrementar el salario mínimo sin afectar al mismo tiempo otras medidas como las multas o las hipotecas. El salario mínimo está sujeto a negociaciones entre los sindicatos, los empresarios y el Estado; en cambio, la UMA es fijada de manera unilateral por parte del INEGI y por definición se espera que se eleve menos que el SM. Por eso pensamos que todas las medidas referentes al ingreso de la población, sean becarios o trabajadores, deben referirse al salario mínimo. En cambio es correcto referir los pagos y las multas a la UMA.
2) Es obligación promover un ingreso acorde a las necesidades de vida y laborales del país, y en el caso de las y los becarios CONACYT, a los requerimientos de investigación, lo cual también es un tipo de trabajo. En el caso concreto de las becas ligadas a la UMA se produce un rezago, tal y como se puede apreciar en el siguiente cuadro:
Modalidad de Beca | Beca en salarios mínimos (80.04) | Beca en UMAs (75.49) | Diferencia |
Doctorado | $ 14 664 | $ 13 769 | $ 829.92 |
Maestría | $ 10 949.472 | $ 10 327.032 | $ 622.44 |
Especialidad | $ 9732.864 | $ 9179.584 | $ 553.28 |
3) El cálculo de las becas en referencia a la UMA pone en serio riesgo la continuidad de una gran cantidad de programas de posgrado, en los cuales un porcentaje mayoritario de la matrícula postula a una beca. Con la implementación de la nueva unidad, nada garantiza que en el futuro la beca permita la manutención del becario.
4) Tal como se señaló en la carta entregada a las autoridades de CONACYT después de la marcha del 10 de Febrero, el recorte a las becas constituye un acto violatorio de la legalidad, pues se modifican de modo retroactivo los términos del acuerdo que todo becario firma con esta institución (séptimo transitorio). En respuesta oficial, CONACYT indicó que el otorgamiento de la beca no implica una relación de carácter laboral con el becario; no es esto lo que se discute, sino más bien que el acuerdo está en estrecha relación con el cumplimiento de los objetivos para los cuales CONACYT fue creado, y que su transgresión significa un importante retroceso en este sentido.
5) Este año CONACYT estableció un límite a las becas otorgadas a los programas de posgrado. Solamente otorgará el mismo número de becas que se entregaron el año pasado. Es decir, no importa cuál sea el número de nuevos postulantes con los requisitos cumplidos, CONACYT no dará más becas. A algunos posgrados que no abrieron convocatoria el año pasado CONACYT simplemente les está negando cualquier tipo de beca a pesar de cumplir con todos los requisitos académicos. Es de esta manera que se está atentando al derecho de estudiar un posgrado de manera digna, y se descuida la preparación de las investigadoras e investigadores en potencia del país.
6) En el mes de Agosto de 2009 el CONACYT intentó implementar lo que denominó “tabulador de becas nacionales”, el cual otorgaba montos diferenciados de apoyo según la clasificación del posgrado al cual se pertenecía (competencia internacional, consolidado, en desarrollo, etcétera). Dicha situación se asemeja con la actual medida: se trata del intento reiterado del Estado mexicano de no otorgar más recursos a ciencia y tecnología. Como es sabido, las instituciones dedicadas a la investigación han sido de las más afectadas en los recortes presupuestales de los últimos años.
7) Ante el estancamiento económico que nuevamente está atravesando el país, la situación no se soluciona con recortes a la educación, a la ciencia y a la tecnología. Desde hace años se sabe que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha informado sobre el rezago educativo de México y ha indicado la importancia de que el porcentaje dedicado a este sector se eleve a la media de los países que conforman esta organización. La razón consiste en que la educación favorece en términos prácticos la movilidad social y en términos humanos ofrece mayor calidad de vida y conocimiento de los derechos ciudadanos.
En los tiempos actuales impulsar la ciencia y la investigación es fundamental para garantizar una sociedad más justa. Por eso es necesario apoyar a las y los investigadores, así como a las y los estudiantes de posgrado. Celebramos que estas discusiones se abran y esperamos encontrarnos en la defensa de la ciencia y la educación.
Atte.
Joel Guerra, estudiante de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM
Gema González Pérez, estudiante de Maestría en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
Israel Solares, estudiante de Doctorado en Historia, COLMEX.
Edgar Vargas, estudiante de Doctorado en Ciencias Químicas-UNAM
Joel Ortega Erreguerena, estudiante de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
[1] Monroy, Luis Ángel. La confusión sobre las becas CONACYT. http://www.sopitas.com/726575-confusion-conacyt-uma/