La reanudación de la represión contra los kurdos en Turquía es consecuencia de la imposibilidad, ya demostrada, de concretar el plan Juppé-Wright, planteado en 2011. Aunque resultó fácil desplegar el Emirato Islámico (Daesh) en el desierto y en las provincias iraquíes de Ninive y al-Anbar, mayoritariamente sunnitas, ha resultado imposible controlar los poblados kurdos de Siria. Para realizar su sueño de crear un Kurdistán fuera de Turquía, el presidente turco Erdogan no tendrá más opción que la guerra civil.
Del Comunicado de Ginebra a la Resolución 2254
Los términos de la Resolución 2254 confirman, en lo esencial, los del Comunicado de Ginebra adoptado hace 3 meses. Las dos mayores potencias militares del mundo llegan a un acuerdo para mantener la República Árabe Siria, mientras que los imperialistas –con Francia en primera fila– siguen empeñados en alcanzar su sueño de lograr un cambio de régimen mediante el uso de la fuerza. Pero el mundo ha cambiado mucho en los últimos años y parece difícil echar abajo el nuevo acuerdo, como ocurrió en 2012.