La derrota moral del capitalismo, los burgueses y el coronavirus

x OLEP/Fragua

El capitalismo está derrotado moralmente, ya no se diga el neoliberalismo, y vamos a explicar las razones partiendo de un ejemplo muy cotidiano en nuestro país en este momento de “sanas distancias”.

Los usureros, los banqueros, quienes viven del trabajo ajeno y de cobrar intereses por los préstamos se frotan las manos en este momento, pues ven cómo los trabajadores, pequeños comerciantes y deudores en general se atrasan en los pagos de sus deudas.

Banco Azteca del ladrón Salinas Pliego cobra intereses por cada día en que el deudor se atrasa en pagar su cuota.

Vamos a ilustrar lo que muchos sufren en carne propia: si usted pide un préstamo a Banco Azteca de 25 mil pesos le dan un plazo de tres años para pagarlo.

Sin embargo, usted pagará 450 pesos a la semana para cubrir su deuda total por los intereses que le cobran.

Así pues, si paga usted puntualmente los 450 pesos durante las 52 semanas que tiene un año, usted cerrará el año pagándoles a esos ladrones 23, 400 pesos.

Pero su deuda es a pagar en tres años, es decir que usted debe de seguir pagando 450 pesos por dos años más, lo que equivale a 104 semanas más aproximadamente, lo que da como total 46, 800 pesos.

Por un préstamo de 25mil pesos el deudor acaba pagando 45, 200 pesos más de lo que pidió ¿acaso esto no es un robo? ¿Acaso este hecho no es digno de un ejemplo de cómo enriquecerse a costa del trabajo ajeno?

Pero estas viles garrapatas que viven pegadas al trabajador dicen que son muy sensibles y buenas personas, porque si adelantas pagos saldas tus deudas y te pueden prestar más dinero ¡qué lindos!, ¡qué humanos!, ¡cuánta sensibilidad ante la necesidad del pueblo que lucha por salir adelante!

Banco Azteca es sólo una empresa de Grupo Salinas, el cual tiene un ingreso anual por más de 95,500 millones de pesos (mdp).

Grupo Salinas es propiedad de Ricardo Salinas Pliego, quien es el tercer hombre más rico de México, y él, sus socios y sus empresas son el mejor ejemplo de cómo hacerse millonarios con base en las necesidades del pueblo y el trabajo ajeno.

Es importante conocer, es importante recordar, es importante denunciar esta situación porque este señor, sus socios y sus empresas no han abierto la boca en esta contingencia sanitaria desatada por el virus del COVID 19. No han dicho nada que sirva para disminuir la angustia de sus deudores, no les importa condonar las deudas, éstas se acumulan, entre más se paralice la economía mejor, porque sus deudores aumentarán, cobrarán dos, tres, cuatro veces más a quienes los han hecho millonarios.

Mientras el ejecutivo pide y la jefa de gobierno de la Ciudad de México solicita humanismo a los empresarios, Salinas Pliego, los integrantes de la Confederación patronal de la república mexicana (Coparmex), los dueños de Alsea hacen lo que quieren para no perder o perder lo menos posible a costa de quienes pueden sacrificar con mayor facilidad: los trabajadores, es decir, a las personas.

Vale más un inmueble que una persona, valen más las máquinas que los trabajadores, vale más no dejar de ser millonario que compartir la riqueza mal habida. ¿Quién puede dudar ahora que la riqueza de estas personas se funda en la vida del pueblo trabajador y que es explotado por ellos?

¿Quién duda del fracaso de la libre empresa, sus bancos y sus empresas? ¿Quién duda que el atroz neoliberalismo agudizó las condiciones de miseria del pueblo? ¿Quién duda de la derrota moral del sistema capitalista, donde los gobiernos piden, solicitan, un poco de humanidad a los empresarios? Tanta riqueza acumulada no sirve de nada cuando se trata de salvar la vida del pueblo trabajador, de los viejos, de los sin casa, de los migrantes; tantos gobiernos, unos más “democráticos” que otros, valen lo mismo. Vale lo mismo el gobierno del pro fascista Bolsonaro en Brasil que el del “democrático” Pedro Sánchez y su rey en España si vemos cómo han salvado a las empresas de la quiebra financiera con mejores resultados que a su propio pueblo de la muerte por un virus que puede ser controlado.

El capitalismo está derrotado moralmente, ya no se diga el neoliberalismo, y los gobiernos democráticos sufren para convencer a sus burgueses de lo bueno que es ser bueno, de lo moral que es ser humano, los empresarios se rebelan en México, chantajean o dan muestras de una sensibilidad propia de los cocodrilos que lloran mientras se comen a su presa, como la de Carlos Slim quien prometió no correr a ningún trabajador y donar mil millones de pesos para combatir la pandemia, aunque sus ganancias por hora sean de 9 millones de dólares, aproximadamente.

Los “bueno banqueros” ya prometieron aplazar los pagos, no cobrar intereses en compras de medicamentos y cosas por el estilo, es un alivio, en este momento estas medidas para muchos es un alivio; aunque todos sepamos que sólo se aplaza lo inevitable, porque a final de cuentas tendremos que pagarle a los banqueros nuestras deudas, y nosotros no buscamos prolongar la agonía, queremos vivir sin ser víctimas de la usura de unos cuantos empresarios y bancos trasnacionales.

La derrota moral del capitalismo, la derrota moral de la burguesía y sus banqueros se hace más evidente cuando Cuba, un país bloqueado económicamente por el imperialismo yanqui, por los países de la Unión Europea y otros, por décadas. Con un sistema económico y social todavía socialista es capaz de producir medicamento gratis para su pueblo, de enviar brigadas de médicos a China, a Italia y de no lucrar con la muerte de millones de seres humanos.

El capitalismo, la burguesía y sus banqueros una vez más han sido derrotados moralmente, falta que el pueblo tome en sus manos la propiedad de los medios de producción y los bancos para que esta derrota se convierta en la derrota material de la burguesía y del capitalismo.

¡Contra la explotación capitalista y las pandemias; resistencia, organización y lucha por el socialismo!

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