Ética y semiótica de la verdad El sismo y el derrumbe de la información
En una situación de emergencia, de consternación y miedo como la que se produce con un sismo, la información es un aliado o es un enemigo según los intereses de quien la genera o manipula. Lo que debería ser un derecho inalienable y una responsabilidad social obligatoria, pasa a ser una mercancía lábil ahogada en mares de incertidumbre y angustia. Los monopolios mediáticos aprendieron a hacer, de esto, un festín comercial muy peligroso. México, tal cual. Poco es más desesperante que la insoportable levedad de la información mercantilizada. Avasalla conciencias para que reine el desconcierto. Toda información que se distribuya sobre México a partir del sismo debe ser verificada. Respeto por las víctimas y los damnificados.
Saber qué pasa, quiénes son los protagonistas, qué hacen, qué dicen, qué temen y qué necesitan. Objetivamente, concretamente. El maremágnum de acontecimientos es un desafío metodológico si se quiere contribuir a despejar confusiones pero es un caldo de cultivo idóneo si de lo que se trata es de que impere el desorden, el oportunismo y la proverbial manía burguesa de comerciar con las mentiras. En cada víctima del sismo está la sombra de la corrupción con las mafias inmobiliarias y gubernamentales. Ayudar no es sinónimo de cómplices.