El golpe de Estado y los escenarios de impotencia critico-práctica

x Miguel Mazzeo

Razones pragmáticas que hacen que les intelectuales-militantes pierdan rigor crítico y que la izquierda se torne “sistémica”

Si se escinden los planos característicos del análisis político (de uno que contenga una perspectiva de clase) y se establecen jerarquías absolutas más que estratégicas, se corre el riesgo de delinear distintos escenarios de impotencia crítico-práctica.

Desde hace ya algunos años, muchos y muchas intelectuales-militantes se anclaron en las condiciones imperantes en el sistema interestatal, revindicaron su especificidad, las absolutizaron y las blandieron como excusa para justificar el bloqueo sistemático de toda práctica emancipatoria radical, auto-afirmativa y no institucionalizada por parte de los Estados administrados por gobiernos dizque progresistas.

Ciertamente, las razones geopolíticas no pocas veces fueron esgrimidas para justificar proyectos neo-desarrollistas (extractivismo incluido) y la integración subordinada de las organizaciones populares y los movimientos sociales a los esquemas ministeriales. Peor todavía: estas razones, desvirtuadas en grado máximo, han servido (y sirven) para justificar alianzas y acuerdos con los futuros verdugos. Son razones pragmáticas que hacen que los y las intelectuales-militantes pierdan rigor crítico y que la izquierda se torne “sistémica”.

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Bolivia, golpe de Estado y la irresuelta guerra entre la Biblia y la Wiphala

x Ollantay Itzamná

El reciente golpe de Estado que defenestró al Presidente constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, a simple vista, es una disputa política “resuelta” por la vía de la fuerza, entre blancos (Camacho y Mesa) y aborígenes (Evo Morales y los movimientos indígena campesinos). Pero no lo es del todo.

Cuando Camacho y sus seguidores, con toda una ritualidad medieval, sembraron la Biblia (sobre la bandera criolla boliviana) en el centro del viejo Palacio de Gobierno, en la ciudad de La Paz, bajo la arenga religiosa: “Bolivia para Cristo, la Pachamama nunca más volverá a entra a este Palacio”. Y casi simultáneamente otros citadinos mestizos descendieron la Wiphala (bandera quechua aymara) del frontis de dicho edificio y la quemaron públicamente. Esos actos, además de otros, evidencian que la “guerra” irresuelta entre q’aras (blancoides) y aborígenes es, ante todo, una contienda cultural simbólico.

Si durante la Colonia europea la simbología político cultural de los aborígenes había sido “extirpada” casi por completo, mediante métodos inquisitoriales inimaginables. Sin embargo, dichos símbolos (Wiphala, Chakana, wuakas, apus, etc.) subsistieron bajo las cenizas del dolor colonial, en territorios indígenas no controlados por la Corona.

Durante la República, este conflicto sobre lo simbólico cultural se resolvió mediante la tácita coexistencia entre las dos bolivias (la oficial y la clandestina/aborigen). Medianamente cada quien vivía bajo su propia simbología. Después de todo, algunos indígenas eran bolivianos, pero en los hechos NO eran ciudadanos. Y, la gran mayoría, ni eran bolivianos nominales (sin documento de identidad), ni eran ciudadanos bolivianos (no sujetos políticos)

De ese modo, los símbolos políticos oficiales y clandestinos convivieron en el mismo territorio (boliviano) sin encontrarse, ni conflictuarse, entre sí, durante la República.

En la creación del Estado Plurinacional también se tuvo que consensuar la simbología del nuevo Estado. Así fue cómo la Wiphala ingresó en la Constitución Política como una bandera oficial, junto a la tricolor criolla. Lo mismo ocurrió con la Chakana, y las ritualidades constitutivas de las espiritualidades indígenas.

Proceso de cambio y la simbología boliviana

Durante los 14 años del proceso de cambio boliviano, bajo un Estado Plurinacional con presencia casi en todo el territorio boliviano, indígenas y mestizos convivieron sin mayor “guerra” por símbolos políticos, ni identitarios.

Las y los indígenas se sentían representados en la Wiphala que ondeaba junto a la bandera tricolor, y de igual forma los mestizos por lo suyo. De ese modo se pudo hablar de la “ciudadanía intercultural” en la Bolivia plurinacional.

Pero, el fatídico 10 de noviembre reciente, no sólo “restauró” la Biblia prepotente en el Palacio, sino también la bandera del Departamento de Santa Cruz, cuyo escudo contiene una Cruz de la cristiandad y una Corona Ducal medieval. Esta prepotencia simbólica, más el descenso y quema de la Wiphala, más las arengas de la “expulsión de la Pachamama del Palacio”, dibujan a brocha gorda la intencionalidad político cultural de los golpistas.

Destituir a Evo, pero sobre todo la Wiphala

Los golpistas no apostaron, ni apuestan, únicamente a destituir al gobernante indígena, escarmentar con públicos castigos físicos a los indígenas insumisos, y restaurar el sistema neoliberal en Bolivia. NO. Ellos van, ante todo, por la restauración del panteón simbólico del Estado criollo republicano, y hacer escarnio de la simbología política indígena. Porque allí, en esa simbología está, según ellos, la esencia de la insubordinación política de los y las indígenas.

En otros términos, van a destruir lo poco o mucho que se había avanzado en la construcción del Estado Plurinacional y de la ciudadanía intercultural.  Para ellos, destruir la bandera indígena, es anular simbólicamente los derechos indígenas consignados en las leyes. Y, anular derechos indígenas, es devolver al indígena a la condición de NO ciudadano, No sujeto.

Pero, estos predadores de indígenas, en sus planes golpistas premeditados, jamás previeron las reacciones que podrían activar en los indígenas el “sacrilegio” contra la Wiphala.

Horas después de aquel sacrilegio, un ejército de ponchos rojos (aymaras), flameando centenares de whipalas, descendieron desde la ciudad de El Alto hacia la ciudad cede del Palacio de Gobierno, a trote, rugiendo a todo pulmón: “Ahora sí, guerra civil. Ahora sí, guerra civil”. Era un escenario apoteósico que hizo llorar, de susto y/o de emoción, a muchos espectadores reales y virtuales. Los entrevistados concluían: “la Whipala es nosotros”. “Si queman la Wiphala, a nosotros nos queman”…

La Policía Nacional golpista que reprimía, hasta ese entonces, a los manifestantes contra el Golpe de Estado tuvo que replegarse y huir. En la ciudad cede del Palacio, las pocas autoridades políticas remanentes del Golpe tuvieron que ser evacuadas. Por unas horas, la “sensación del acabose final” se expandió y apoderó de las y los citadinos paceños. Hasta que las Fuerzas Armadas golpistas, “decretaron Estado de Sitio” y en conjunto con la Policía Nacional ocuparon la ciudad bajo aplausos y arengas de gratitud de la citadinidad asustada.

Minutos después, la golpista Policía Nacional, en un acto protocolar improvisado, volvió a colocar la Wiphala en su lugar. Pidió disculpas públicas a los indígenas. El golpista Camacho, en mensaje improvisado, intentó argumentar su respeto a la “simbología indígena…”

Nadie sabe a ciencia cierta cual será el epílogo del caos e incertidumbre política actual de Bolivia. Lo único cierto es que los “seguidores”/comerciantes del Dios desconocido y de su Biblia son más miedosos/cobardes que las y los curtidos en las luchas subalternas bajo la “sagrada” Wiphala.

Abu Bakr al-Baghdadi, creado y asesinado por la CIA

x Marc Vandepitte

Lo que no dicen es que este bestial grupo terrorista es producto de la propia política exterior del régimen de EEUU en Medio Oriente

Ahora que el dirigente del Estado Islámico (EI), Abou Bakr al-Baghdadi, ha sido [supuestamente] eliminado muchas personas en EEUU y Occidente expresan su alegría y alivio. Ahora Trump reconoce que al EI lo creó Obama.

La emergencia del EI

En 2003 EEUU y Gran Bretaña invadieron Irak. En aquel momento al-Qaeda y otros grupos terroristas yihadistas tenían poco peso en la zona. El ejército estadounidense se enfrentó a un violento levantamiento después de la invasión. Para aplastarlo se utilizaron escuadrones de la muerte, exactamente igual que lo que habían hecho los estadounidenses en América Latina con la llamada “Opción El Salvador». Además, en esta guerra sucia se enfrentó deliberadamente a sunníes contra chiíes siguiendo la táctica de “divide y vencerás”. En esta orgía de violencia sectaria provocada fue cuando se implantó al-Qaeda en Irak con el nombre de “Estado Islámico de Irak” (EII).

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Un Cancerbero de catorce cabezas, llamado Grupo de Lima

x Ollantay Itzamná

En la mitología griega, se narra de la existencia de un perro fiero con tres cabezas y cola de serpiente, mascota fiel de Hades (dios del inframundo). La función de Cancerbero era preservar la hegemonía del Imperio de la muerte, y castigar letalmente a todo aquel que se atreviese a desafiar la voluntad de Hades en el inframundo, y liberar a sus prisioneros.

América Latina y el resto del mundo padecen una cruenta guerra desigual entre el Imperio de la Muerte (EEUU) y la civilización de la Vida (emergente desde los pueblos plebeyos insurgentes del Sur). En la actualidad, dicha contienda descomunal se concentra en Venezuela, y cobra ribetes mitológicos por la gallardía y la vocación de Libertad de este pueblo, frente a un herido Imperio desesperado por la riqueza ajena.

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¿Indígenas en defensa de la democracia criolla y el Estado etnofágico?

x Ollantay Itzamná

En la casi bicentenaria República criolla de Guatemala, subsisten cuatro pueblos (dos indígenas y dos coloniales) en condición de subalternidad, bajo el poder de los criollos y del gobierno norteamericano.

Durante el primer siglo de la República, los criollos organizaron su Estado sobre la esclavitud indígena. Durante el segundo siglo republicano, los criollos, bajo el mando del gobierno norteamericano, remozaron su Estado esclavista con fachada de Estado de Derecho, y semblante democrático.

Durante la República, los pueblos indígenas y campesinos, muy a pesar del Decreto Nº 900 (1952), que en su artículo 2º abolía toda forma de esclavitud o servidumbre indígena, jamás salieron de la condiciones de ser NO ciudadanos, y no pocas veces maltratados como “enemigos internos” del Estado de Derecho criollo. Esquilmados para ser utilizados como “electores” en rituales de la democracia representativa excluyente.

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Guatemala, una promesa norteamericana para Venezuela

x Ollantay Itzamná

Guatemala, hace 65 años atrás, vivía en la misma zozobra galopante que vive el pueblo venezolano, ante la inminente invasión/destrucción promovida por el gobierno norteamericano.

Para junio de 1954, este contrastante país apenas había vivido una década de su promisoria “primavera revolucionaria”, con varios logros significativos en la ampliación de derechos y distribución de bienes y servicios. Pero, los jinetes de la muerte abortaron dicho proceso, con el apoyo servil de la oligarquía de Honduras, y el silencio cómplice de la OEA.

El argumento del gobierno norteamericano fue: “vamos a democratizar y construir el progreso del país preservándolo de la amenaza del comunismo”. ¿Guatemala está mejor que hace 65 años atrás?

En 2019, ante la resistencia estoica demostrada, y la vocación democrática del pueblo venezolano que reeligió en las urnas con más del 67% de votos al actual Presidente Nicolás Maduro, el gobierno norteamericano y los gobiernos serviles del denominado Grupo de Lima preparan una invasión militar contra Venezuela, luego del rosario de derrotas diplomáticas y políticas que les infringió Maduro, tanto en el suelo venezolano, en la OEA y en la ONU.

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EEUU intensifica sus bombardeos en el este de Siria tras el anuncio de retirada de Trump

x Trevor Aaronson y Ali Younes

Después de que el presidente Donald Trump anunciara la retirada de 2.000 soldados de Siria el mes pasado, el ejército estadounidense ha incrementado su campaña de bombardeos sobre el territorio restante del Estado Islámico en la parte oriental del país, según fuentes sobre el terreno y como atestiguan las fotografías que obtuvimos.

Los ataques más feroces de la semana pasada se produjeron en Al Kashmah, una aldea en el río Éufrates cerca de la frontera con Iraq, según la información facilitada por tres fuentes en el este de Siria. En medio de los ataques aéreos y de artillería por parte de las [autodenominadas] Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) respaldadas por EEUU, los civiles sirios y los familiares de los terroristas de ISIS huyeron a las aldeas situadas al sur, según dichas fuentes. Si bien Al Kashmah aún no ha caído, las únicas personas que quedan allí son terroristas luchando en lo que se ha convertido en la primera línea de la guerra contra el ISIS en la provincia de Deir Ez-Zor.

Los terroristas del ISIS se agrupan en aldeas a lo largo del Éufrates, desde la frontera con Iraq hasta el sur de Hajin, un antiguo bastión suyo que cayó a mediados de diciembre ante las FDS, una milicia integrada por kurdos y árabes. Permanecen aún en esas zonas alrededor de 50.000-60.000 personas, según un activista civil en Deir Ez-Zor que documenta los abusos de los derechos humanos de EEUU y pidió no ser identificado por razones de seguridad. “Los civiles de estas zonas no tienen dónde ir ni dónde esconderse del bombardeo de sus aldeas por parte de EEUU”, dijo el activista, señalando que los residentes han sufrido daños por igual a manos de EEUU y del ISIS.

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Latinoamérica y el redil atlántico

x Alfredo Serrano
EEUU, así como la UE, aceleraron el paso de su política exterior imperialista, cada vez más proactiva y ambiciosa

A fines del año 2013, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) escribió su primer documento a modo de acta de nacimiento: “América Latina, de la década ganada a la década en disputa”. En el texto se hacía referencia a un informe del Consejo Atlántico, The Trilateral Bond: Mapping a New Era for Latin America, The United States, and Europe (El vínculo trilateral: inspeccionando una nueva era para América Latina, EEUU y Europa), en el que se manifestaba, literalmente, que había “un deseo de incorporar a este bloque (América Latina) al redil atlántico […] en base a sus comunes raíces occidentales en términos estrictamente liberales: derechos individuales y mercados abiertos” . Este deseo se constituyó, desde ese entonces, en una prioridad en la política exterior de los EEUU y la Unión Europea. Dicho y hecho.

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¿Quién quiere reactivar la guerra en Siria?

Siete años después del inicio de la guerra contra Siria, a través de grupos yihadistas, los partidarios de la destrucción de este país árabe pretenden reactivar el conflicto a pesar de la indiscutible derrota que ya han sufrido en el terreno, donde la población –después de un momento de vacilación– optó masivamente por respaldar la República Árabe Siria. Este intento de reanudar la guerra, como partiendo de cero, sólo tendría sentido si el objetivo ya no fuese el mismo.

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Farc, uribismo y progresismo: ¿casualidades Inquietantes?

x E. Konstantaine

 

«Una vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo»
Ian Fleming

Cuando Fernando Londoño Hoyos en la convención del Centro Democrático realizada en el 2017 aseguró: «El primer desafío del centro democrático será el de volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo final con las FARC», el otro Londoño; Timochenko, se apresuró a responder: «si lo hacen trizas nosotros recogeremos esas trizas y lo volveremos a rearmar».

Sin embargo, la esforzada labor de Timo y el partido de la Rosa de recoger trizas e intentar rearmar el acuerdo del 2016, es inocua desde la simple perspectiva legalista, ya que las trizas del acuerdo yacen entre otras partes, en los más de 400 féretros de los líderes sociales y exguerrilleros farianos asesinados por los feroces representantes de la «civilidad».
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