EEUU intensifica sus bombardeos en el este de Siria tras el anuncio de retirada de Trump

x Trevor Aaronson y Ali Younes

Después de que el presidente Donald Trump anunciara la retirada de 2.000 soldados de Siria el mes pasado, el ejército estadounidense ha incrementado su campaña de bombardeos sobre el territorio restante del Estado Islámico en la parte oriental del país, según fuentes sobre el terreno y como atestiguan las fotografías que obtuvimos.

Los ataques más feroces de la semana pasada se produjeron en Al Kashmah, una aldea en el río Éufrates cerca de la frontera con Iraq, según la información facilitada por tres fuentes en el este de Siria. En medio de los ataques aéreos y de artillería por parte de las [autodenominadas] Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) respaldadas por EEUU, los civiles sirios y los familiares de los terroristas de ISIS huyeron a las aldeas situadas al sur, según dichas fuentes. Si bien Al Kashmah aún no ha caído, las únicas personas que quedan allí son terroristas luchando en lo que se ha convertido en la primera línea de la guerra contra el ISIS en la provincia de Deir Ez-Zor.

Los terroristas del ISIS se agrupan en aldeas a lo largo del Éufrates, desde la frontera con Iraq hasta el sur de Hajin, un antiguo bastión suyo que cayó a mediados de diciembre ante las FDS, una milicia integrada por kurdos y árabes. Permanecen aún en esas zonas alrededor de 50.000-60.000 personas, según un activista civil en Deir Ez-Zor que documenta los abusos de los derechos humanos de EEUU y pidió no ser identificado por razones de seguridad. “Los civiles de estas zonas no tienen dónde ir ni dónde esconderse del bombardeo de sus aldeas por parte de EEUU”, dijo el activista, señalando que los residentes han sufrido daños por igual a manos de EEUU y del ISIS.

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Trump e Israel pierden, Rusia, Siria e Irán ganan

x Eduardo Luque
Las tropas kurdas han sido abandonadas a su suerte. Están entre los grandes perdedores, por haber confiado en el imperio

Si tenemos que usar la fuerza, es porque somos EEUU. Somos la nación indispensable. Vemos más allá en el futuro.

(Madeleine Albright, ex secretaria de Estado de EEUU)

La estrategia de seguridad nacional de la administración Trump, hecha pública a comienzos de año, declaraba abiertamente que la lucha contra el terrorismo ya no era la prioridad principal. EEUU no teme especialmente al terrorismo, a fin de cuentas es uno de sus creadores. Su objetivo, ahora, es la competencia con los otros grandes poderes internacionales (Rusia y China)

Por otra parte Trump quiere cumplir una de sus promesas electorales: sacar sus tropas de Siria. La guerra fue uno de los legados que Obama dejó tras de sí. Trump sabe que el equilibrio estratégico en Oriente Medio bascula en favor de Rusia e Irán. Es consciente de que las tropas estadounidenses no alterarán esa nueva situación de poder. La solución era desde ese punto de vista, obvia. No ha sido, como se pretende, una resolución impulsiva. Incluso después del ataque a Damasco del mes de abril, Trump –como reconocen algunos de sus ex–asesores– planteó la retirada de sus tropas. El gobierno de Tel Aviv, así como el turco, habían sido avisados. Otros países aliados, descolocados por esta decisión según informan las agencias de noticias, han llamado insistentemente a Washington pidiendo aclaraciones.

Las tropas kurdas de las [autodenominadas] Fuerzas Democráticas Sirias han sido abandonadas a su suerte. Están entre los grandes perdedores. Joost Hiltermann, director para Medio Oriente del International Crisis Group, afirmó que la decisión estadounidense era “un desastre” para las fuerzas kurdas. Las negociaciones entre los kurdos y el gobierno de Damasco estos días son frenéticas. Los kurdos están dispuestos a devolver los pozos de petróleo y gas que controlan a cambio de la protección del gobierno sirio frente a Turquía.
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