Entrevista a Thomas Vescovi. “Israel es un Estado de derechas, con cada vez más tendencias fascistas”
x Julien Salingue
Thomas Vescovi es un investigador independiente en historia contemporánea. Acaba de publicar, en la editorial La Découverte, L’échec d’une utopie : une histoire des gauches en Israël (El fracaso de una utopía: una historia de la izquierda en Israel). Hablamos con él sobre la situación política en Israel. Esta entrevista se llevó a cabo antes de la nueva y violenta agresión colonial contra las y los palestinos.
Julien Salingue: Desde hace casi dos décadas, cada vez que hay elecciones en Israel, se viene escuchando a las y los comentaristas decir que el gobierno que se pondrá en marcha será “el más a la derecha en la historia de Israel”. Obviamente se trata de una expresión, pero dada la fuerte tendencia a la derechización del campo político israelí hay algo de verdad en ella. ¿Cómo se traduce esto en el campo político israelí, ya sea desde el punto de vista de los programas o de las organizaciones? A veces nos perdemos un poco, ya que alguna gente que ayer se presentó como de extrema derecha ahora está clasificada en el centro-derecha, o incluso en el centro…
Thomas Vescovi: Para hacernos una idea, el primer Parlamento israelí, elegido en 1949, tenía 71 escaños (de 120) que podían clasificarse del lado de la izquierda, ya fuera sionista o anticolonial. Hoy debemos tener 72 escaños que están a la derecha o a la extrema derecha. Como anécdota, pero significativa, recuerdo que en 2009 Avigdor Liberman, con su partido Israel Beytenou [Nuestra Casa Israel, partido de habla rusa], fue considerado el representante de la extrema derecha más radical, nacionalista, etc. Hoy Liberman es presentado como centro-derecha. Naftali Bennett, cuando fue elegido en 2013, fue considerado entonces el representante de las y los nacionalistas religiosos, colonos, encarnando lo más extremista en el campo político israelí. Hoy se presenta como la derecha dura, y son las y los kahanistas quienes han heredado este estatus de extrema derecha racista, religiosa, belicosa, etc. Así que, sí, Israel es un Estado que se derechiza, con cada vez más tendencias fascistas, porque para mí no hay duda de que las y los kahanistas son fascistas. La derechización es tal que a veces ya no tenemos léxico para caracterizarla, de ahí esta fórmula sobre el gobierno más a la derecha…
J. S.: ¿Y en el lado de la izquierda y del centro-izquierda?
T. V.: Dentro de la izquierda sionista israelí hay una incapacidad para ir más allá, por así decirlo, de la cuestión del sionismo. Desde la creación de Israel [en 1948] ha habido mutaciones profundas en el juego político israelí, con todo un electorado de izquierdas moviéndose gradualmente hacia el centro, votando por un liberalismo económico y político. Las y los judíos de origen ruso, por otro lado, se inclinan cada vez más a votar por un tipo exclusivo de nacionalismo que rechaza derechos compartidos con la población no judía. En el caso de las y los judíos orientales, la visión que se ha impuesto es la de una identidad judía que no es, como defiende la izquierda, una identidad cultural, sino una aspiración a que Israel adopte leyes judías.
En realidad, no podemos entender Israel si no entendemos la existencia de lo que se puede llamar la pirámide de poder: a la cabeza de Israel, en las élites políticas y económicas, todavía tenemos muchas personas judías de origen europeo; en la parte inferior de la escala tenemos a las y los palestinos de Israel, y entre los dos hay una forma de competencia entre los diferentes sectores de la población judía israelí, para estar lo más cerca de la cima y lo más lejos posible de las y los palestinos. Así, las y los judíos orientales, a quienes se dejó claro que en Israel había que ser personas judías y no árabes, lo que no tenía mucho sentido para ellos ya que personas judías y árabes eran lo que habían sido durante siglos, gradualmente se han ido separando de esta arabidad, en favor de un judaísmo exacerbado, hasta el punto de no querer compartir derechos con las y los palestinos y rechazar a la izquierda sionista.
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