La reanudación de la represión contra los kurdos en Turquía es consecuencia de la imposibilidad, ya demostrada, de concretar el plan Juppé-Wright, planteado en 2011. Aunque resultó fácil desplegar el Emirato Islámico (Daesh) en el desierto y en las provincias iraquíes de Ninive y al-Anbar, mayoritariamente sunnitas, ha resultado imposible controlar los poblados kurdos de Siria. Para realizar su sueño de crear un Kurdistán fuera de Turquía, el presidente turco Erdogan no tendrá más opción que la guerra civil.
Siria, análisis en profundidad

x Aritz Saidi Olaortua
Quien es socio hoy, mañana puede ser desechado sin el menor miramiento. Eso les está pasando a los kurdos de Siria
El pueblo sirio lleva sufriendo una de las mayores guerras de la historia moderna que se está extendiendo hasta casi los 8 años. Es una guerra a menudo mal descrita por los medios y la clase política occidental, «guerra civil» o «primavera siria» son algunos de los términos empleados para describir un conflicto bélico que realmente viene a ser una guerra injerencista o de cambio de régimen mediante ‘proxies’ y no una confrontación civil al uso. Nada nuevo en el horizonte, esa praxis la vienen practicando las potencias colonialistas y los actuales estados hiper-colonizadores desde hace décadas. Desde Latinoamérica o África, a Oriente Medio o Europa del este. A veces por intereses militares, financieros o estratégicos, y otras veces por ansias expansionistas o en respuesta a intereses de entidades supraestatales y diferentes oligopolios y lobbies globalistas.
Siria junto a su pueblo y ejército lleva resistiendo y encarando lo que muy pocos pueblos han podido aguantar sin romperse y ser completamente destruidos. No es una guerra civil y jamás lo fue. Pudo haber protestas, legítimas además, había motivos para salir a la calle, más que suficientes dicho sea de paso (medidas liberalizadoras, paro, corrupción… ¿te suenan?).