La guerra obliga a la UE a poner sus ojos, nuevamente, en Latinoamérica
x Isabella Arria
La Comisión Europea lo tiene claro y lazó la alerta a sus miembros: El espacio que Europa va dejando libre lo ocupan rápidamente Rusia y, sobre todo, China. Lo cierto es que la guerra en Ucrania dejó a la intemperie el predicamento menguante de la Unión Europea y de Estados Unidos en el escenario internacional, especialmente, en África y en Latinoamérica.
Tras meses de guerra, los estrategas europeos saben que estos son dos bloques que en se resisten a secundar la ofensiva diplomática de Bruselas y Washington contra Rusia, y en muchos casos incluso la rechazan abiertamente.
En 1992, el Tratado de Maastricht confírió a la Unión Europea (UE) la tarea de desarrollar una política exterior y de seguridad común (PESC). Partiendo de esta última, el Documento básico sobre las relaciones de la Unión Europea con América Latina y el Caribe, del Consejo Europeo, tenía por finalidad reafirmar el compromiso sostenido de Europa de ampliar y profundizar las relaciones con sus socios de la región americana.
Treinta años después, un documento de la Comisión Europea insta ahora a los socios de la UE a dar un salto cualitativo en la relación con Latinoamérica, donde, además, tiene la competencia histórica de Estados Unidos, que sigue considerando a la región como su patio trasero, indistintamente con gobiernos republicanos o demócratas.
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