De moléculas, piedras y proyectiles (II). La guerra no es un chiste

x Daniel Yepes Grisales

“… queda claro que quizás no haya peor lector de los pensadores franceses que el entomólogo Alexis López (…) Pero las malas lecturas de los franceses se infiltraron en el discurso de la derecha en Colombia.” Camila Osorio y Rocío Montes. Elpais.com

Crecen los caudales de tinta y las conferencias virtuales sobre una idea política de producción reciente y sorprendente resonancia en Colombia: “la Revolución Molecular Disipada (la RMD)”. La idea fue formulada por Alexis López Tapia, un personaje con ciudadanía chilena que hasta hace muy poco era (des)conocido como miembro de un reducido grupúsculo de la ultraderecha radical chilena, nostálgico de una dictadura que cayó hace más de treinta años (pero cuya constitución jurídica recién va a ser “tumbada”). En esta columna trataremos de ir más al fondo del asunto.

En la primera parte de este escrito (1) (y aquí se debe insistir) pudimos ver que el asunto más importante, urgente y peligroso que nos viene con la idea de la RMD es que ha sido material de estudio por parte de oficiales militares y policías colombianos, y difundido por el expresidente imputado Álvaro Uribe (2) (quien a su vez es el líder político del actual presidente y partido de gobierno de Colombia). Así, dicha idea ha venido a desempeñar un papel de primer orden en la doctrina contrainsurgente y su aplicación concreta en la represión y censura del actual ciclo de protesta social en Colombia, bajo una consigna: la protesta social, nombrada como molecular, se debe aplastar de manera rápida y contundente mediante el tratamiento de guerra, que incluye el uso de proyectiles letales (y “menos letales”) lanzados con armas de fuego. De lo contrario -nos dice hoy el uribismo- la revolución escalará y copará a las fuerzas del orden, instalando el caos y la anarquía. La consecuencia empírica, en solo unos cuantos días, han sido decenas de civiles asesinad@s y cientos de herid@s, torturad@s, violad@s y desaparecid@s por agentes estatales y paraestatales; crisis que solo tiende a agravarse día tras día (con el reciente tratamiento de la Minga Indígena como “hordas criminales” nos abocamos a un posible genocidio en Cali).   

Leer más

¿Por qué fracasó el partido político de las Farc?

x Horacio Duque

Al carecer del apoyo mayoritario de los delegados, un grupo conformado por Timochenko y sus compinches asumieron de manera fraudulenta y con delegados fantasmas la dirección

El fracaso político del partido político organizado por los ex integrantes de las Farc es parte de la bancarrota general del Acuerdo de paz, como consecuencia del objetivo político del actual gobierno de Iván Duque y del uribismo de hacer trizas los pactos alcanzados por el gobierno de Juan Manuel Santos con los dirigentes de dicha organización guerrillera en la Mesa de diálogos que funciono en La Habana desde el mes de agosto del año 2012. Por supuesto, en esa quiebra del Pacto también tienen su cuota tanto el anterior gobierno santista como un sector del cuerpo directivo de la guerrilla.

El santismo por su poca voluntad política frente a los compromisos adquiridos y por la promoción en el segundo semestre del 2016 de un inconveniente e inoportuno Plebiscito que fue utilizado por la oposición de ultraderecha para exacerbar viejos odios y miedos políticos que a la postre facilitaron el triunfo del No y la deslegitimación de los textos consensuados. Y el núcleo de las Farc, representado por Londoño, por su empeño en renunciar a un acumulado histórico de resistencia enlazado a un proyecto de cambios radicales de la sociedad y el poder político central construido pacientemente y con grandes sacrificios humanos durante casi 60 años por los campesinos liderados por Manuel Marulanda.

Leer más

Farc, uribismo y progresismo: ¿casualidades Inquietantes?

x E. Konstantaine

 

«Una vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo»
Ian Fleming

Cuando Fernando Londoño Hoyos en la convención del Centro Democrático realizada en el 2017 aseguró: «El primer desafío del centro democrático será el de volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo final con las FARC», el otro Londoño; Timochenko, se apresuró a responder: «si lo hacen trizas nosotros recogeremos esas trizas y lo volveremos a rearmar».

Sin embargo, la esforzada labor de Timo y el partido de la Rosa de recoger trizas e intentar rearmar el acuerdo del 2016, es inocua desde la simple perspectiva legalista, ya que las trizas del acuerdo yacen entre otras partes, en los más de 400 féretros de los líderes sociales y exguerrilleros farianos asesinados por los feroces representantes de la «civilidad».
Leer más

La solución política y los 4 pétalos de la rosa-Farc

x Alberto Pinzón Sánchez

La Solución Política al conflicto colombiano, planteada por sus organizadores desde el surgimiento mismo de las Farc (“el destino de Colombia no puede ser la guerra”) se enraíza en la concepción de los clásicos del marxismo sobre el carácter contradictorio y eminentemente político de la guerra, según la formalización de la antigua idea que se remonta hasta Maquiavelo y los inicios de la modernidad, y que fuera normatizada a mediados del siglo XIX por el mariscal prusiano von Clausewitz.

No es una idea que haya caído desde el cielo sobre la tierra de Colombia, ensangrentada durante cerca de dos siglos por “guerras civiles bipartidistas” o salvajes matazones cíclicas a machete entre campesinos pobres y peones sectarizados, sino su coagulación y aplicación particular en Colombia de unos principios éticos y políticos de unos campesinos pobres agredidos, pero ya politizados con ideas comunistas, para superar el desastre producido por una de las formas más brutales y crueles de la lucha de clases sociales aplicada por parte del Bloque de Poder dominante, conformado para tal fin en Colombia a mediados del siglo XX, y que por su característica anticomunista enraizada con el anticomunismo religioso tradicional de la iglesia católica colombiana, implementado por los EEUU como parte fundamental de la guerra fría global entre superpotencias, y que en Colombia devino en contrainsurgente.

Leer más