x OLEP/Fragua
EL CAPITALISMO crea el mundo a su imagen y semejanza, de la herrumbre de las máquinas construye al sujeto social adecuado para reproducir el sistema. Por un lado, genera a su clase burguesa, educada para mandar y continuar con la lógica irracional de acumulación en detrimento de la naturaleza y el ser humano y, por el otro lado, a la clase desposeída que está educada para servir como un engrane útil a los intereses del capital. Es decir, debe tener cierto nivel de instrucción y de disciplina para poder desarrollar las tareas que la división internacional del trabajo imponga.
En México, el neoliberalismo nos colocó en el papel de ser un país mayoritariamente de servicios (el 63% del PIB en México es aportado por este sector, tan sólo el turismo aporta el 9% del PIB nacional). La industria aporta 29% (18% manufactura) y tan sólo un 3% del sector primario.
En cuanto a la relación de la producción con la educación las cosas están un poco así: el promedio de estudios a nivel nacional es de 10 años, es decir, bachillerato trunco; si lo vemos por tipo de sector productivo el turismo tiene un 35.7% de trabajadores con secundaria, 25.7% con educación media superior, 25.3% con primaria y tan sólo 13.1% con educación superior. Los números para el comercio no son muy diferentes: 33.6% secundaria, 28% media superior, 21% primaria y 16.4% con estudios universitarios. La industria de la transformación tiene 39.3% con secundaria, 24.8% con bachillerato, 20.4% con primaria y 15.5% con estudios universitarios. Sólo en los sectores de Gobierno y Educativo y de Salud (englobado estadísticamente) la mayoría de los trabajadores tienen estudios universitarios: 54% para Gobierno y 70% para Educativo y Salud, aunque estos sólo emplean a 6.5 millones de personas en total contra 22.6 millones de los sectores mencionados anteriormente. Es decir, en nuestro país se es funcional para la economía con tan sólo tener estudios de secundaria o iniciar un bachillerato y si es técnico en alguna rama de los servicios mucho mejor y si no acabas, tampoco hay tanta bronca.
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