x Andrea Noriega Méndez
A
casi tres meses del paro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (FFyL),
el futuro y las condiciones para que se libere la facultad son inciertas. Si a
esto se suma que, en los últimos días, el conflicto ha escalado a raíz de
algunos conatos de violencia en otros planteles que también están en paro por
semejante razones, entonces, lo que se perfila es la reedición de una situación
política crítica que, posiblemente, culmine en la reactivación y
recrudecimiento de paros en otras facultades de la UNAM.
Como señalé en mi artículo anterior, las formas de operar del grupo que mantiene tomada la FFyL se han alejado de las formas históricas del activismo político estudiantil, caracterizado por su apertura y democracia en la toma de decisiones y en la exigencia de demandas puntuales a través del diálogo incluyente, y se aproximan más a las formas que usan ciertos grupos políticos de poder (como, por ejemplo y sin ir más lejos, el PRI) que buscan generar un conflicto institucional, en donde la correlación de fuerzas los ayude a negociar con el grupo de poder que actualmente controla la institución, para recuperar cotos de poder o defender intereses que han perdido o están por perder.
Si
se hace un análisis de los tiempos, respuestas y propuestas que se han vertido
durante la toma de la FFyL, por parte de las autoridades y las respuestas
correspondientes de las paristas, puede observarse que se han cumplido casi cabalmente
todas las demandas y las que aún quedan en el aire son demandas que apelan a
otros tiempos y normas institucionales que no responden al capricho de unos
cuantos. Sin embargo, en cuanto al tiempo, puede observarse que las paristas
han buscado, en todo momento, dilatarse en la entrega de sus respuestas y han tardado,
en promedio, 10 días entre respuesta y respuesta, al tiempo que se han negado a
la posibilidad de llevar a cabo diálogos con mayor celeridad. Por ejemplo, cuando
se negaron rotundamente, en el diálogo del día 15 de enero, a la propuesta por
parte de la mesa negociadora de realizar un próximo encuentro el día 16 de
enero. Voluntad de diálogo, por parte de las feministas paristas, hay poca,
pero de monólogo hay muchísima.
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