En sólo meses, el contenido de los medios de difusión nacionales e internacionales ha sufrido un profundo cambio en Occidente. Estamos siendo testigos del nacimiento de una “Entente” cuyos verdaderos iniciadores y objetivos reales aún se desconocen pero cuyas consecuencias directas contra la democracia ya son palpables.
Plebiscitos a modo: la triple alianza ataca de nuevo en la UACh
x Brisa Vázquez
“Guardemos las bellas palabras, que son pocas,
para las cosas grandes, que son más pocas todavía.”
Julio Antonio Mella
(militante revolucionario cubano)
Imaginemos por un momento, sólo por un momento, que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) gana las elecciones presidenciales del 2018. Imaginemos que esta vez no le hacen fraude o, bien, que su victoria es tan amplia que el fraude no alcanza para ocultarla; imaginemos que gana por una mínima diferencia de votos, pero que sus adversarios respetan su triunfo porque no hacerlo llevaría al país a un enfrentamiento que, en ese momento, no desean. Por fin, después de 40 años de neoliberalismo, habría un presidente que cuestiona las “maldades” del neoliberalismo y con pretensiones nacionalistas como inquilino de Los Pinos. Claro, eso sí, le entregarían el país hecho trizas; con 300,000 muertos y 35,000 desaparecidos como saldo de la “guerra contra el narco”, con una educación pública en decadencia, petróleo privatizado, sistema de salud en proceso de privatización y una larga lista de etcéteras.