Contra el aumento en los impuestos

x OLEP/FRAGUA

Punto cuatro de nuestro Programa Mínimo de Lucha

Una delas principales funciones del Estado debería ser, a través de los impuestos, construir la infraestructura necesaria para la población, garantizar el acceso a la salud, educación, vivienda digna y espacios de recreación de toda la población. Sin embargo, durante años el Estado, en vez de utilizar ese dinero en gastos públicos, ha preferido aportarle más a los bolsillos de los gobernantes, gastándose millonadas únicamente en sus salarios, sus lujosas mansiones, sus vacaciones de ensueño y sus pensiones.

De esta manera, mientras los funcionarios se dan vidas de lujo, el pueblo trabajador cada día tiene que chingarle más para pagar más impuestos, sin las esperanzas de que todos esos pagos, regresen a él en forma de mejores condiciones de vida.

Como socialistas reivindicamos la lucha contra el aumento a los impuestos y exigimos que el uso de estos sea utilizado para la infraestructura del sector salud, educación, cultura y recreación, donde todos los trabajadores puedan acceder a lo anterior de manera gratuita, teniendo así mejores condiciones de vida.

Como día a día podemos observar, los hospitales están repletos, con gente haciendo largas filas para poder ser atendida, muchas veces no alcanzan ni las camas para los derechohabientes, hay quienes prefieren acudir a un hospital particular donde tal vez los puedan atender mejor, aunque haya que hacer muchos sacrificios. Ahora, si hablamos de enfermedades graves, nos encontramos que no existe el equipo para hacer ciertas cirugías y tenemos que pagar largos viajes para ir a donde pueden hacer esas operaciones.

Cuando inician las clases, ya es normal tener un dinerito ahorrado y no nos referimos para comprar los útiles, uniformes o zapatos, sino para pagar las cuotas en las escuelas, porque hay que dar mantenimiento a los salones, hay que comprar equipo nuevo o porque se va a construir un nuevo salón, ya que no hay suficientes. Y cuando nuestros hijos crecen y tienen que ir a la universidad, la cosa se pone peor, porque de las pocas universidades que hay no reciben a todos los aspirantes, por lo que sólo quedan dos opciones: o entran a una escuela particular con colegiaturas que endrogarían a toda la familia de por vida o mejor se ponen a trabajar y ahí después le vuelven a intentar, y no nos sorprende que la mayoría se vaya por la segunda opción.

Pareciera que los espacios para cultura y recreación son únicamente para la gente que los puede pagar. Ir a un museo, tomar un taller cultural, practicar un deporte, aprender a tocar un instrumento, etcétera, nos cuesta y preferimos no hacer esos gastos “innecesarios” para no vernos en más aprietos económicos.

El acceso a una buena alimentación se vuelve cada vez más difícil, peor aún en los productos de origen animal, que muchas veces ya ni se encuentran en el presupuesto de las familias. Dejándonos como única opción una mala alimentación, obligándonos a ir buscando productos más baratos, pero que al menos quiten ese malestar llamado “hambre”. Y ni hablemos de las medicinas, que aparte de que no hay en los hospitales, sus precios son tan altos que preferimos curarnos con los remedios caseros de la abuelita o la tía. Ante todo esto, ¿a dónde se van nuestros impuestos? ¿De dónde salieron las grandes mansiones de los funcionarios, sus autos de lujo, sus pensiones vitalicias? ¿Y qué dicen de los impuestos a la gran burguesía, no es verdad que los grandes propietarios pueden dejar de pagar impuestos al participar en fraudes como el Teletón de Televisa?¿Para eso trabajamos tan arduamente, para seguir manteniendo a los corruptos y a los explotadores?

Por estos motivos luchamos: porque los impuestos sean utilizados en infraestructura en la salud, construyendo más hospitales y equipándolos con lo necesario para poder atender a todos los derechohabientes y para que puedan tener un completo acceso a la salud; en la educación, para mejorar las escuelas y para la construcción de nuevas, donde todos los hijos de los trabajadores puedan tener acceso a una verdadera educación gratuita, científica y popular. De igual manera exigimos que no se establezca el impuesto al valor agregado en alimentos y medicinas, para tener acceso a una buena alimentación que nos proporcione los nutrimentos necesarios para el trabajo del día a día, para el buen desarrollo de nuestros hijos y para el acceso a los medicamentos que nos garanticen una vida más digna.

Aparte de ser despojados de cierta parte de la riqueza que producimos a través del plusvalor, al recibir nuestra quincena se nos vuelve a despojar de una parte de nuestro salario a través del Impuesto Sobre la Renta. Y otra vez con ese dolor en nuestro bolsillo volvemos a pagar impuestos, lo que más bien se vuelve un dolor de cabeza constante. Por esta razón, consideramos que el mejor remedio que le podemos dar a esta situación es exigir un alto al aumento de este impuesto y el uso del que ya existe en todo lo mencionado anteriormente.

A principios del año, el Estado nos dio otro ejemplo de que sus reformas neoliberales no benefician en nada a la población, aumentando el precio de la gasolina. Éste es un claro ejemplo de que la privatización del petróleo sólo va a beneficiar los bolsillos de la burguesía por lo que debemos exigir la construcción de infraestructura nacional para producir gasolina con el objetivo de que baje el costo de su producción, distribución y venta.

Como Organización de Lucha por la Emancipación Popular llamamos al pueblo a que se organice para exigir el buen uso de los impuestos en beneficio del pueblo trabajador, construyendo la infraestructura necesaria para una vida digna y accesible para todos.

¡Contra el despojo, la explotación y la represión, resistencia, organización y lucha por el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección NUESTRO PROGRAMA del No. 25 de FRAGUA , órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Mayo-Junio 2017.

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