El neoconservador estadounidense de línea dura Wolfowitz le reprocha a Trump no estar pensando “en la próxima guerra en Siria”
El incorregible neoconservador Falke Paul Wolfowitz criticó al presidente Donald Trump por su “traición” a los kurdos. Los Estados Unidos los necesitarían aún para la siguiente guerra en Siria. El error de Trump consistiría en pensar que las guerras pueden terminar.
x Helen Buyniski
El hombre que es considerado por la CNN como el „corazón y alma de la guerra de Irak“ advirtió, el jueves de la semana pasada, en un artículo del New York Times, que las décadas de intervención en Medio Oriente le habrían proporcionado algunos amigos a Estados Unidos en la región, particularmente a los kurdos. El haberlos hecho a un lado complicaría mucho más una intervención futura.
El supercerébro de la fracasada guerra le recuerda a Trump que los Estados Unidos solamente perdieron seis soldados, en comparación con los 11,000 soldados perdidos por la oposición que Estados Unidos apoyaba, pues los kurdos y árabes, aliados de Estados Unidos, fueron muy buenos en la guerra en contra de las milicias terroristas del Estado Islámico en Siria y en Irak, en donde sirvieron como carne de cañón. Pocos belicistas quieren observar esto realmente como una explotación en vez de una alianza, pero la amistad significa que nadie diga jamás, “Disculpa que haya transformado tu país en un semillero de conflictos sectarios”.
“Cuando se avecine la próxima guerra”, y Wolfowitz nos asegura que habrá una siguiente guerra, advierte que, “Estados Unidos se lamentará de haber despreciado a sus amigos kurdos.” El empedernido belicista le reprocha a Trump su miopía por observar todos los compromisos en Medio Oriente a través de los lentes de la experiencia fallida de Estados Unidos en Irak y Afganistán.
En su opinión, el levantamiento fallido de los chiitas contra el antiguo presidente iraquí Saddam Hussein es una parábola premonitoria de lo que pasa cuando Estados Unidos no acecha en todo momento desde las sombras para ejecutar su papel como policía del mundo. Sin embargo, se suprime intencionalmente el hecho de que cada guerra que Wolfowitz apoyó en su larga carrera, convirtió a todos esos países, en proceso de “liberación”, prácticamente, en polvo y cenizas.
Hay vacío de poder allí donde Estados Unidos no está
Más aún: según el punto de vista de Wolfowitz, no hay absolutamente ningún camino adecuado para abandonar una guerra. Advierte que, “el retiro de Estados Unidos del Medio Oriente alberga la posibilidad de que América sea absorbida hacía allí nuevamente.” Se podría pensar que el vacío de poder, como él advierte, originaría, en ausencia de una mano dura estadounidense en la dirección de los políticos subdesarrollados de esos países, un literal vacío de poder que existe ya en el lugar y que absorbería a las tropas americanas nuevamente hacia el Próximo Oriente.
El único camino para evitar esto consistiría, según Falke, en apoyar a los “aliados” americanos que están a la cabeza de estos países y rodearlos con “asesores” norteamericanos para que, de esa forma, no cometan el error de escuchar a su propio pueblo.
A pesar de que advierte de un vacío de poder, destroza al ex presidente Barack Obama. Este no apoyó en su tiempo los esfuerzos de la oposición siria para derrocar a Baschar al-Assad. Con ello se habría podido lograr, se lamenta Wolfowitz, con un poco de apoyo en el lugar preciso, la caída del régimen con muy poco riesgo para los estadounidenses. Aparentemente algunos vacíos de poder pueden ser más peligrosos que otros.
Reconocimiento agresivo sobre el desastre ajeno
En 2013 Wolfowitz aceptaba que la guerra de Irak fue una catástrofe. Sin embargo, reiteraba que esto se debía solamente a que él no había sido su arquitecto. A pesar de todas las loas de la CNN, él hubiese querido desde un inicio un liderazgo iraquí y no un vergonzoso provincial teatro colonial bajo el mando del “virrey” norteamericano Paul Bremer. Sin embargo, los americanos debieron estar también detrás de bambalinas tirando de los hilos, Wolfowitz se quejó ya en 2017 por la falta de un liderazgo de calidad de los políticos iraquíes. Los Estados Unidos, según Wolfowitz entonces, deberían estar presentes en el país para evitar que “literalmente se vaya al infierno.”
El republicano, que solamente parece decir frases trilladas, parece ser notablemente alérgico y estar en contra de la idea de la autodeterminación de los pueblos de Medio Oriente. El gobierno de Bush debió haber dejado que las cosas continuasen según el plan, es decir, según el modelo colonialista de apoyar a un grupo iraquí en contra del otro. Eso hubiese sido estupendo.
Paul Wolfowitz y la guerra: dos que son como uña y mugre
Esta grande falta de perspicacia convirtió a Wolfowitz, desde su tiempo como funcionario, en un ruidoso charlatán en todas las posibles guerras. De esta manera él se mostraba como el más grande partidario del ataque de los países occidentales en contra de Libia. En un artículo de opinión en el Wall Street Journal implora formalmente a Trump que bombardee Siria (lo que Trump hizo). Es sorprendente que algún político serio escuche al hombre que se hizo tristemente famoso en el 2003 por su promesa de que el pueblo iraquí “saludaría a las tropas americanas como sus libertadores” -eliminando así la necesidad de una presencia militar fuerte en el país.
Todos los repetidos intentos de Trump por retirar las tropas norteamericanas de Siria se estrellaron contra la resistencia de los intereses representados por Wolfowitz. Sin embargo, si Trump suspende el intento de llevar a los norteamericanos a casa (y puede que no tenga éxito), Wolfowitz tendrá razón y esta guerra continuará.
Traducido del alemán por Red Crítica.