El triunfo del Morena, resultado de la lucha de clases

x OLEP/Fragua

En los últimos meses hemos escuchado distintas explicaciones acerca del triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Para algunos fue un “gravísimo error” por parte de un pueblo “inculto y torpe”, que se deja llevar por cualquier “engañabobos” que ofrece “mejoras”, pero que en realidad sólo impondrá una dictadura y autoritarismo. Para este grupo de analistas el país no necesitaba mejorar, pues todos vivían felices, cada uno cumpliendo su papel en este mundo: el rico siendo más rico y el pobre muriendo en la miseria.

En otro extremo están quienes dicen que, al contrario, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó a la grande porque era “el mero preciso”, de los grandes grupos oligarcas, los que al parecer se reunieron en lo oscurito y decidieron por su cuenta que necesitaban alguien que bajara el descontento social para profundizar el neoliberalismo. De esta deducción se sigue entonces que tanto AMLO como el Morena son más de lo mismo, nada cambia y todas las ligeras mejoras únicamente serán para desmovilizar al pueblo.

Para nosotros el triunfo de AMLO no debe ser visto a luz de especulaciones o deseos, sino de los hechos concretos y de su relación con la lucha de clases, por lo que es necesario tener claros algunos puntos.

En otros números de FRAGUA ya hemos caracterizado al Morena como un agrupamiento político pluriclasista en sus intereses y composición, en el que confluyen los intereses burgueses de Alfonso Romo o José María Riobóo con los intereses de intelectuales pequeño burgueses antineoliberales, como Paco Ignacio Taibo II, al tiempo que enarbola algunos intereses inmediatos del proletariado.

El Morena busca la conciliación de clases tanto dentro de sí mismo como en el país, por eso eleva el salario mínimo, al tiempo que firma contratos con Nestlé; elimina el cuerpo de granaderos, mientras desaloja artesanos del Zócalo capitalino. Buscan algo imposible, pero que en su ideal pequeño burgués parece tener sentido: unir el agua y el aceite, el proletariado con la burguesía.

Esto nos deja ver que el Morena, en ciertos aspectos, también afecta los intereses de la burguesía, por ejemplo, con el aumento al salario, pues diría Marx que esas mejoras salariales son algo concreto que se le quita al burgués y se le da al trabajador. Claro, no acaba con la explotación, pero sí es una mejora real y de nosotros depende que sirva para enseñar al pueblo y explicarle la necesidad de la superación del capitalismo, o para que la gente deje de luchar. Sin embargo, esto no nos debe quitar claridad sobre que el Morena no se plantea salir es blanco y negro, pues aunque la esencia pueda ser la misma (el capitalismo), los fenómenos son distintos y deben analizarse en su particularidad (burguesía y pequeña burguesía).

Por eso, para nosotros el triunfo del Morena no sólo es un acto voluntarista de un “gran hombre”, la torpeza de millones de mexicanos o un pacto entre oligarcas, sino la unión de los siguientes factores históricos que, en suma, reflejan la lucha de clases en México, la lucha de la burguesía por acumular más y del proletariado por quitarse las cadenas de la explotación:

1. Más de 36 años de política económica neoliberal y sus desastrosas consecuencias.

2. Terrorismo de Estado.

3. Existencia, auge y reflujo del movimiento armado revolucionario.

4. Existencia, auge, reflujo y reorganización de la actividad del movimiento independiente.

5. Existencia de resistencias espontáneas en contra de la imposición de proyectos económicos, y de políticas laborales que aumentan la explotación de la clase trabajadora.

6. Campaña de 13 años de AMLO, creación de su agrupamiento político (Morena) y las nuevas alianzas que realizó.

7. Combinación del hartazgo, la esperanza y el miedo con la continuidad de la resistencia para votar en contra de los agrupamientos políticos que significan la continuidad y la profundización del neoliberalismo.

8. Dispersión del movimiento armado y del movimiento independiente como resultado del abandono de una parte del marxismo-leninismo y de la lucha por el socialismo.

Estos factores históricos obligaron a la oligarquía, a los más ricos entre los ricos, a aceptar el triunfo de AMLO para no iniciar una confrontación abierta que pusiera en riesgo su dominación. Así, fueron las masas y las organizaciones del pueblo quienes abonaron al triunfo del actual presidente, esas miles de personas que salimos a las calles para evitar la privatización de Pemex, para defender a los maestros de la CNTE, para luchar contra el gasolinazo porque, al final, el motor de la historia es la lucha de clases

También es necesario entender que, a la luz de los hechos, el movimiento socialista carece de un referente nacional y aunque exista presencia a nivel local y regional, las más amplias masas no ven en nosotros una alternativa para el cambio de todo un país.

Por esta razón, es tiempo de ampliar nuestro campo de acción, mantener la iniciativa política, entender el cambio en el nuevo gobierno y adaptar nuestras consignas y tácticas a este cambio, para no quedar aislados de las amplias masas del pueblo. Para esto debemos ser quienes enarbolemos la lucha contra los males que lo afectan y que ya muchos han identificado como el régimen neoliberal; debemos explicar al pueblo qué significa eso, demostrar que son políticas que profundizaron el hambre y la miseria, que privatizaron industrias nacionales y recursos naturales, y quitaron derechos laborales.

También debemos enseñar al pueblo que no se puede unir el agua y el aceite, que nuestros intereses y los de los empresarios son antagónicos e irreconciliables, y que la única manera para acabar con el neoliberalismo es terminar con el capitalismo y construir el socialismo.

Para esto, debemos hacer una amplia campaña de agitación, propaganda y organización con el objetivo de que las masas conozcan el socialismo; debemos usar el terreno fértil que nos puso la pequeña burguesía y elevar el nivel de conciencia del pueblo, de manera que plantemos la semilla del socialismo. Es tiempo de construir la salida proletaria a la crisis neoliberal.

¡Destruyamos el neoliberalismo, construyamos el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la secciónANÁLISIS del No. 39 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Enero-Febrero 2019.

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