Latinoamérica y el redil atlántico
A fines del año 2013, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) escribió su primer documento a modo de acta de nacimiento: “América Latina, de la década ganada a la década en disputa”. En el texto se hacía referencia a un informe del Consejo Atlántico, The Trilateral Bond: Mapping a New Era for Latin America, The United States, and Europe (El vínculo trilateral: inspeccionando una nueva era para América Latina, EEUU y Europa), en el que se manifestaba, literalmente, que había “un deseo de incorporar a este bloque (América Latina) al redil atlántico […] en base a sus comunes raíces occidentales en términos estrictamente liberales: derechos individuales y mercados abiertos” . Este deseo se constituyó, desde ese entonces, en una prioridad en la política exterior de los EEUU y la Unión Europea. Dicho y hecho.
El Istmo de Tehuantepec es, por la fuerza de los vientos, los más intensos de México, una región estratégica para la producción de energía eólica. En el Istmo se sitúa el complejo Oaxaca II-III-IV, propiedad de Acciona: tres parques eólicos -con capacidad operativa de 306 megavatios- inaugurados en 2012 por el expresidente Felipe Calderón con el reclamo de ser “el mayor complejo eólico de América Latina”. En 2016 otro exmandatario, Enrique Peña Nieto, participó en el acto inaugural de la Central Eólica Sureste I (segunda fase), con una capacidad de 100 megavatios y una inversión de Enel Green Power de 157 millones de dólares. Se ubica en el municipio oaxaqueño de Asunción Ixtaltepec.