Perdió el PRI, ahora acabemos con el neoliberalismo

x Agustín Ávila Romero

Se tiene que celebrar que frente a una campaña sucia y despiadada de la derecha vs AMLO, el pueblo mexicano salió masivamente a votar y expresar su hartazgo contra la corrupción, la violencia, la inseguridad, el desempleo, la ausencia de seguridad social y la esperanza de un grito de dignidad frente a Donald Trump y sus tratos con los emigrantes nacionales.

En los millones de votos a favor del cambio existe una aspiración legítima de terminar con la oscuridad neoliberal que ha trasladado las ganancias por la explotación de bienes naturales y apropiación del presupuesto gubernamental a un grupo reducido de capitalistas que son además grandes beneficiarios del presupuesto gubernamental. En una unión clara del poder político y económico como se ha señalado.

MORENA y sus aliados han obtenido además la mayoría en el congreso lo que podría facilitar enormemente la reversión de aquellas reformas que han lesionado el bienestar de las familias mexicanas.

A un gobierno que le preocupe realmente la alta vulnerabilidad social de millones de mexicanos debe en un primer momento retirar al ejército de las calles y derogar la ley de seguridad interior. En segundo lugar echar para atrás la reforma energética y minera que entrego estos recursos estratégicos a manos extranjeras –no basta con revisar contratos- el petróleo, los minerales y el agua deben ser de los mexicanos y no de los corporativos saqueadores del pueblo.

No basta con revisar la reforma educativa, debe derogarse y construirse una nueva realmente con la participación de los maestros y la sociedad defendiendo el carácter gratuito y laico en todos los niveles y los derechos laborales de los profesores. Urgentemente se debe rescatar y dar servicios de calidad en escuelas, hospitales, clínicas, hacer efectivo el derecho a la salud y a la educación de todos y todas. Y cumplir el rescate del campo mexicano, la prohibición de la liberación de transgénicos y fortalecer las normas para garantizar el derecho a una alimentación sana, libre de tóxicos y del “veneno” agroindustrial.

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No nos confiemos: ¡A seguir luchando!

x Círculo de estudio, ideas y reflexión

En vísperas de las elecciones, es del dominio público que la coalición Juntos haremos historia que encabeza Andrés Manuel López Obrador (AMLO) va a ganar con una aplastante victoria, que no nos quede la menor duda de que vamos a ganar en las urnas.

Sin embargo, aún hay dudas ya que sabemos que el sistema electoral mexicano no es confiable. ¿Cuántos fraudes no han hecho? Por ello la estructura del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha hecho bien en preparar la vigilancia del proceso electoral, pero, no nos confiemos, aunque

AMLO lleve mucha ventaja en las encuestas, el PRI y el PAN no se van a quedar con los brazos cruzados, buscarán a la mala obtener puntos a su favor. Desde la compra de votos, las amenazas, y la coacción, hasta otro tipo de mañas que pueden ocurrir en el cómputo y conteo final de votos, de estas formas fraudulentas serán responsables el Instituto Nacional Electoral (INE) y su director Lorenzo Córdova.

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¿Por qué tanto pleito si los cuatro candidatos son lo mismo?

x OLEP/Fragua

Las verdades generales no le enseñan al proletariado a tener consciencia de sus fuerzas y de las posibilidades de su participación en las coyunturas; no le enseñan los objetivos inmediatos y las tareas inmediatas a cumplir. Las verdades generales no permiten a los agrupamientos políticos del proletariado determinar con exactitud su táctica para fortalecerse como opción política frente al resto de las clases dominadas y como oponente real de la burguesía.

Las verdades generales no permiten que la táctica del proletariado fortalezca su estrategia de lucha y, en este sentido, lo alejan de la posibilidad de alcanzar sus objetivos históricos: la toma del poder político y la construcción del socialismo.

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Los empresarios en el ruedo electoral

x OLEP/Fragua

Un gobierno para “todos”

A lo largo de toda su campaña, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha repetido una y otra vez que no quiere cambios radicales, que no quiere cambiar el modelo económico, sino simplemente quiere un gobierno que esté por encima de las clases y que modere “la riqueza y la indigencia”.

Aun así, para los grupos empresariales más retrógradas, aquellos que no quieren perder ni un solo centavo de sus millonarias ganancias, estas aseveraciones atentan directamente contra su forma de vida, contra lo que han construido a partir del despojo y la explotación: ellos no se quieren moderar en absolutamente nada.

En los primeros días de mayo hubo un “encontronazo” entre AMLO y los empresarios del Consejo Mexicano de Negocios (CMN); dimes y diretes, que si traficantes de influencias, que si minoría rapaz, que si son calumnias, que si los empresarios son quienes generan los empleos de nuestro país. Posteriormente, la Confederación Patronal por la República Mexicana (Coparmex) entró al ruedo y, si bien en un tono menos hostil, también se rozó con el representante del MORENA pues la Coparmex busca dar sus propuestas para una fiscalía anticorrupción “que sirva” a sus intereses asumimos, entre otras cosas. Al final, AMLO llamó a la conciliación, pues para su proyecto de nación también son necesarios los empresarios y se los hizo saber.

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Comunicado

X  Círculo de estudio ideas y reflexión

Pueblo de México

Las próximas elecciones para elegir diputados, senadores, gobernadores, presidentes municipales, alcaldías y presidente de México no son una elección más, se presentan como la posibilidad de abrir una puerta al cambio, no son el fin, sino el espacio para manifestar el descontento popular, como una forma de poder dar cauce al hartazgo que tenemos de los gobiernos del PRI, PAN, PRD y sus paleros.

Quienes andamos por la calle de la amargura, que hemos vivido el empobrecimiento, el aumento del precio del gas, de las rentas, el alto costo de los productos de la canasta básica, del incremento de la inseguridad, creemos que es justo y necesario un cambio.

En las próximas elecciones se presentan dos propuestas para gobernar a México, la primera donde caben Anaya, Meade y el Bronco, que representan la continuidad de lo mismo. El otro proyecto es representado por Andrés Manuel López Obrador, quien sostiene la posibilidad de cambio por oponerse en algunos aspectos a la política de privatización, hambre, empleo mal pagado y tan solo su propuesta de seguridad puede disminuir el derramamiento de sangre e impunidad de la guerra contra el narcotráfico, su propuesta representa la oportunidad de un respiro, de un mejor escenario para seguir luchando.

Sabemos que es difícil confiar en el sistema electoral mexicano, por ello muchas personas aún están indecisas en votar por Obrador, sin embargo, no debemos confiar en el sistema electoral, este siempre estará en beneficio de cuidar los intereses del enriquecimiento de los ricos burgueses, así pasó en 1988 y en 2006 cuando se consumaron fraudes con el fin de imponer las medidas económicas neoliberales.

La ventaja de AMLO sobre los demás candidatos es aplastante, no sólo por las encuestas que lo llevan 20 puntos por delante, sino por la fuerza e ímpetu de la gente que está dispuesta a hacer algo más que votar el 1° de julio.

Las transformaciones son obra del pueblo organizado, por ello el triunfo de Obrador por sí mismo no significa el cambio, el cambio dependerá de la participación y organización del pueblo para frenar las medidas de privatización que hunden al país en violencia, impunidad y desigualdad social.

Al buen entendedor pocas palabras, habrá fraude electoral. No seamos ingenuos, la perversidad y cinismo de quienes están en el Estado no tiene límites. Dependerá de la fuerza en defensa de la voluntad popular que AMLO arribe a la presidencia, incluso de llegar al gobierno el escenario es que la derecha le impida llevar adelante su proyecto de nación.

No nos confiemos, Obrador se encuentra rodeado de personas ajenas a los intereses del pueblo, necesitamos ser muy astutos, su triunfo es sólo un paso que posibilita mejores condiciones, por ello, más importante que votar el 1°de julio por Morena, es luchar contra el fraude, defender la voluntad popular, vigilar el cumplimiento del programa de Morena para que aquellos puntos que favorezcan al pueblo trabajador llevarlos a último término, así como también es tarea elevar la conciencia del pueblo para que cada vez más personas veamos la necesidad de luchar no sólo contra el neoliberalismo sino contra el sistema que oprime y explota a los trabajadores, o sea el capitalismo.

Compañeras y compañeros, juntos haremos historia, mejorando las condiciones inmediatas, nuestro fin es luchar hasta acabar con la opresión y explotación, esta gran obra será resultado de la organización con el proletariado a la vanguardia hasta la victoria y el socialismo.

¡En la defensa de la voluntad popular!

¡Alto a la privatización del sistema de salud!

¡Por la derogación de las reformas energética, educativa, laboral!

¡Por un gobierno popular-antineoliberal!

De buenos deseos, coyunturas y realidades: México 2018, elecciones y fragmentaciones (parte III)

x Ricardo Armando Flores* y Viridiana Alarcón

En las primeras dos entregas de esta serie de artículos hemos analizado los horizontes en los que se mueven las izquierdas en México frente a la pregunta: ¿qué se juega en las elecciones en general? Asimismo, nos enfocamos al análisis de los dos sectores que definimos como antielectoral y electoral y sus posicionamientos frente a la pregunta antes referida. En la presente entrega, intentaremos trazar, sin caer en ejercicios escolásticos, los posibles escenarios a los que se enfrentará el movimiento social y popular después de las elecciones, es decir, las posiciones políticas que enarbolarán, como resultado de su inclusión en alguno de los dos sectores que ya hemos analizado, aunque, de entrada, pondremos un poco más énfasis en las posiciones del sector antielectoral. Comencemos.

¿Retembló algo?

Queremos señalar algunos puntos de lo que significó el intento del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de figurar, aunque fuese simbólicamente en la boleta electoral de las elecciones presidenciales del próximo 1º de julio. Pues, a pesar de haber llamado a sus simpatizantes e interesados a compartir sus valoraciones al respecto, parece que muy pocos o casi nadie lo hizo (o al menos aún no se hace público).

Después del sonoro, pero silenciado, fracaso de la recolección de firmas para la candidatura independiente de María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”, impulsada por el CNI-EZLN, aderezado por el misterioso silencio de la comandancia zapatista durante por lo menos un mesi, los hechos saltan a la vista. Es decir, nuevamente, el EZLN anunció con bombo y platillo que cimbraría al sistema político mexicano y, nuevamente, no pudo abrir esa ansiada grieta en el muro del sistema, no hizo retemblar en sus centros la tierra: ni tembló ni retembló. Eso sí, la campaña de recolección de firmas vino a comprobar lo que ya habíamos dicho anteriormente: la existencia del poco o nulo trabajo político entre la gente de “abajo y a la izquierda” a la que dicen representar y con la que pretenden organizarse.

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¿Por qué votar por AMLO y por Morena?

x Eva Cuervo

En México este 2018 se lleva a cabo una contienda electoral trascendental porque existe la oportunidad de poner fin al modelo neoliberal (no al capitalismo) que no sólo es importante para los mexicanos, sino también para el resto de los latinoamericanos (las elecciones en México, Colombia y Venezuela van a definir la geopolítica Latinoamericana). Son 5 los contendientes. La continuación del modelo está representado por 4 candidatos que abiertamente apoyan el militarismo (con su saga de asesinatos y desapariciones), la sumisión a los planes ordenados desde Washington y continuar profundizando las contra reformas emprendidas (lo que sigue es la privatización del Imss, Issste, Agua y Educación media superior y superior) por Enrique Peña Nieto que tanto han dañado a México. Si en México se aplicara la ley, ninguno de estos candidatos podría contender. Los cuatro son investigados y señalados públicamente por actos de corrupción. Los dos primeros están siendo investigados por la PGR por graves acusaciones del fuero común y los dos últimos son delincuentes electorales. José Antonio Meade K. (candidato del PRI-VE-Panal y de Donald Trump) tecnócrata neoliberal 4 veces secretario de estado, acusado de por lo menos 8 delitos, peculado, cohecho, fraude y otros, es experto en desaparecer dinero público a través de desvíos, 7.670 millones de pesos en la llamada Estafa Maestra (www.animalpolitico.com/estafa-maestra), como secretario de la Sedesol desapareció 12.000 millones de pesos, entre otras imputaciones. Ricardo Anaya (candidato del PAN-PRD-MC y de Salinas de Gortari) político neoliberal, mitómano contumaz, corrupto (desapareció 1.000 millones de pesos como secretario de gobierno de Querétaro), falso opositor del gobierno, investigado en México y Europa de lavado de dinero, triangulación de recursos, enriquecimiento ilícito y evasión fiscal. Los dos candidatos “independientes” cuyo único objetivo en la contienda es atacar a López Obrador y que para obtener su registro (requisito recaudar 864.536 firmas de apoyo) falsificaron credenciales, firmas, duplicaron datos y utilizaron registros de personas muertas o desaparecidas. Margarita Zavala (708.000 firmas falseadas, 45% del total) esposa del ex presidente Felipe Calderón, que propone abiertamente continuar con el plan de su marido por sus “buenos resultados” y Jaime Rodríguez Calderón, gobernador con licencia del estado de Nuevo León, político mendaz, fanfarrón y corrupto que obtuvo su registro haciendo trampa (con 1.198.892 firmas falseadas, 58% del total). La única oposición contra el sistema, es Andrés Manuel López Obrador (AMLO), luchador social y político nacionalista de centro izquierda que en dos ocasiones le han arrebatado la presidencia a través de fraudes electorales.

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Elecciones en México e injerencia en medios digitales

CELAG

Las elecciones en México están cada vez más cerca (faltan menos de dos meses) y uno de los temas que ha generado debate desde los comicios de 2012 es el uso constante de cuentas falsas en redes sociales. A esto se suman las denominadas fake news (noticias falsas) y la aprobación por el Senado mexicano de una reforma que podría censurar el acceso a contenidos en internet.1

Desde 2012, se denuncia el uso de bots (cuentas falsas) y trolls (gente que usa las redes sociales para provocar o desviar la atención en un debate) a favor del entonces candidato presidencial del PRI y actual presidente, Enrique Peña Nieto.2 Su actividad estaba enfocada a posicionar ciertas noticias o mensajes favorables a Peña Nieto, opacando y quitando de medios digitales aquellos tópicos y noticias en contra del candidato, o expresiones de descontento.3 De hecho, se acuñó el término “Peñabot” para designar al ejército de internautas supuestamente remunerados que trabajaban en la campaña de redes.

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Votar masivamente por AMLO; desbordar a AMLO

x Arsinoé Orihuela Ochoa
El espectáculo del primer debate fue francamente grotesco (¿dantesco?). Básicamente destacaron dos realidades, que acaso ningún observador mínimamente alerta osaría objetar: uno, que está en marcha una acción concertada –diseñada por la élite gobernante– contra el candidato que encabeza arrolladoramente las preferencias electorales, Andrés Manuel López Obrador (y no es conspiracionismo; no hace falta más de dos dedos de frente para advertir la maquinación); y dos, que, por casi un siglo, las clases gobernantes (incluidos los gobiernos de la novelesca “transición”) reprodujeron su estancia en el poder con base en la exclusión de “los mejores hijos de México”.La peor ralea de fariseos: corruptos, criminales, asesinos, mediocres de cabo a rabo, demagogos, estultos e ignorantes, gobernaron el país a su antojo y con escasos contrapesos. La gobernabilidad de la “dictadura perfecta” involucró decisivamente el aplastamiento sistemático de nuestras facultades, atributos e inteligencias. Asistimos al estadio más acabado de la degradación de la política nacional. El debate (dislate) presidencial es un signo inequívoco de esa descomposición, que a más de uno debió provocarle riesgos de embolia cerebral.
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Atenco: debates y lecciones en la lucha por la vida

x José Arreola

En semanas recientes, dentro del panorama electoral que México vive, el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se convirtió en un eje recurrente de polémica. Desde las esferas de la “alta” política nacional, la discusión ha girado en torno a la corrupción del proyecto ya echado a andar. Enrique Peña Nieto (EPN) definió la construcción del aeropuerto como el “más ambicioso” de su sexenio. Con singular intensidad, desde el 2014 la maquinaria política, empresarial y mediática del golden boy de Atlacomulco no ha cesado en su afán por hacer realidad su ambición. Para ello, se ha valido de todos los recursos posibles: la calumnia, la represión constante, la compra ilegal de terrenos. Sin embargo, las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en cuanto a la cancelación del NAICM si arriba a la presidencia del país despertaron, con una rapidez sorprendente, un alud de críticas proveniente de los empresarios involucrados, de diversas maneras, en el proyecto aeroportuario. De las críticas a AMLO la que más sobresalió fue, por el peso del magnate, la de Carlos Slim. El empresario señaló que frenar el NAICM tendría un efecto negativo porque se suspendería “un detonador de desarrollo fantástico” pues, desde su perspectiva, esos beneficios no llegarían a cerca de 5 millones de personas. [1] Más allá del debate entre ambos personajes, hay algunos aspectos dignos de análisis desde otra perspectiva.

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