Perdió el PRI, ahora acabemos con el neoliberalismo
Se tiene que celebrar que frente a una campaña sucia y despiadada de la derecha vs AMLO, el pueblo mexicano salió masivamente a votar y expresar su hartazgo contra la corrupción, la violencia, la inseguridad, el desempleo, la ausencia de seguridad social y la esperanza de un grito de dignidad frente a Donald Trump y sus tratos con los emigrantes nacionales.
En los millones de votos a favor del cambio existe una aspiración legítima de terminar con la oscuridad neoliberal que ha trasladado las ganancias por la explotación de bienes naturales y apropiación del presupuesto gubernamental a un grupo reducido de capitalistas que son además grandes beneficiarios del presupuesto gubernamental. En una unión clara del poder político y económico como se ha señalado.
MORENA y sus aliados han obtenido además la mayoría en el congreso lo que podría facilitar enormemente la reversión de aquellas reformas que han lesionado el bienestar de las familias mexicanas.
A un gobierno que le preocupe realmente la alta vulnerabilidad social de millones de mexicanos debe en un primer momento retirar al ejército de las calles y derogar la ley de seguridad interior. En segundo lugar echar para atrás la reforma energética y minera que entrego estos recursos estratégicos a manos extranjeras –no basta con revisar contratos- el petróleo, los minerales y el agua deben ser de los mexicanos y no de los corporativos saqueadores del pueblo.
No basta con revisar la reforma educativa, debe derogarse y construirse una nueva realmente con la participación de los maestros y la sociedad defendiendo el carácter gratuito y laico en todos los niveles y los derechos laborales de los profesores. Urgentemente se debe rescatar y dar servicios de calidad en escuelas, hospitales, clínicas, hacer efectivo el derecho a la salud y a la educación de todos y todas. Y cumplir el rescate del campo mexicano, la prohibición de la liberación de transgénicos y fortalecer las normas para garantizar el derecho a una alimentación sana, libre de tóxicos y del “veneno” agroindustrial.