Tras los pasos de Monsanto
x Andreas Knobloch
Bayer apremia a México y a Tailanda, según documentos filtrados, a dar marcha atrás a la prohibición de glifosato.
En 2019 el gobierno tailandés decidió prohibir tres pesticidas, entre ellos el herbicida glifosato. Sin embargo, poco antes de que la prohibición entrara en vigor, el gobierno en Bangkok dio marcha atrás. «Me ha interesado fundamentalmente el rol de Estados Unidos en estos asuntos», expresó a «nd» (Neues Deutschland) Nathan Donley, científico de la organización norteamericana para la protección del medio ambiente sin fines de lucro Center for Biological Diversity (CBD). En los documentos se hace evidente que la empresa química y el lobby agrícola estuvieron profundamente involucrados en la presión que jugó USA en Tailandia para evitar que se prohibiera el glifosato. «Después vi en las noticias que en México se habían realizado los mismo pasos que en Tailandia para prohibir el glifosato y otros pesticidas. Esto nos motivó a solicitar los documentos.»
Haciendo valer el acta de libertad de información, una ley sobre la libertad de información, la CBD solicitó la publicación de los documentos internos; el periódico británico «The Guardian» los publicó la semana pasada. El intercambio de emails muestra que la empresa alemana Bayer cooperó estrechamente con los departamentos gubernamentales norteamericanos para presionar al gobierno mexicano a que desistiera de su propuesta en torno a la prohibición de glifosato. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador estableció un plazo hasta el 2024 para que sus agricultores dejen de emplear glifosato y otros pesticidas, así como el cultivo y uso de maíz transgénico. El argumento esgrimido para la prohibición fue la seguridad alimentaria, la soberanía y aspectos de salud. El glifosato es un componente de diferentes herbicidas y se lo vincula con el cáncer y con otros problemas de salud. En Alemania los herbicidas que contienen glifosato también deberán prohibirse a partir del 2024.
En los emails internos de La Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR) y de otros órganos de gobierno se detalla claramente cómo Bayer y la administración norteamericana instan a ejercer presión sobre México, después de que el país rechazara, a finales del 2019, la importación de glifosato proveniente de China. «Se puede reconocer la misma forma de proceder, cómo las empresas químicas hacen uso del gobierno norteamericano para ejercer influencia contra países, por lo general, pequeños, cuando intentan elevar los estándares de salud y de protección del medio ambiente», sostuvo Donley con miras al ejemplo tailandés.
La representante de Bayer para asuntos gubernamentales, preguntaba de este modo, en un email dirigido a la directora de la USTR para la política comercial internacional, Leslie Yang, en relación al rechazo de una entrega de glifosato, «si ella podría discutir el asunto nuevamente con el USTR y si habría la posibilidad de crear un compromiso a través del T-MEC». El T-MEC es el nuevo tratado comercial entre USA, México y Canadá, fue firmado a finales de 2019 y entró en vigor el 1 de julio del año pasado. También se recurrió al sector lobbysta CropLife America, que es financiado, entre otros, por Bayer. En las conversaciones entre los funcionarios norteamericanos y mexicanos a inicios del 2020 el tema glifosato jugó un rol.
En emails posteriores, Murphy le escribió a Yan sobre la necesidad de crear «compromisos políticos en las esferas de alto nivel». Esto seguramente ocurrió. En mayo, el encargado de comercio norteamericano para México, Robert Lighthizer, le advirtió a la ministra de economía de ese momento, Graciela Márquez Colín, que el problema con el maíz genéticamente modificado y con el glifosato amenazaban con «minar nuestras fuertes relaciones bilaterales».
Bayer niega que sus proceder haya sido ilegal. «Al igual que muchas empresas y organizaciones que operan en sectores regulados, proporcionamos información y contribuimos a las decisiones políticas científicamente fundadas y a los procesos regulatorios», escribió la empresa ante la solicitud. «Nuestras relaciones con todas las personas del sector público son regulares, profesionales y están en consonancia con todas las leyes y reglamentos.»
El defensor de la prohibición de pesticidas, Donley, no cree que las leyes hayan sido violentadas. «Pero este tampoco es el criterio que deberíamos poner», sostiene. Bayer tiene seguramente el derecho a pedirle ayuda al gobierno norteamericano, pero el gobierno norteamericano está comprometido con intereses más amplios que con los de la agenda de una empresa química. «Cuando se observa el intercambio de emails puede verse que el gobierno norteamericano hace más o menos todo lo que le pide Bayer. Estos es extremadamente preocupante.»
Por el momento parece que México está dispuesto a reducir el empleo de químicos en la agricultura. «Los Estados Unidos parecen estar muy en contra. Sin embargo, no estoy seguro cómo va a terminar esto», dijo Donley. «Pero lo que no debería pasar es que la diplomacia americana llegue a estar bajo el influjo de las empresas, y esto es lo que aquí pasó.»
Fuente: https://www.neues-deutschland.de/artikel/1148612.glyphosat-in-den-fussstapfen-von-monsanto.html
Traducción: Red Crítica