Víctor Toledo contra los neoliberales. Juicio a los corruptos

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“LA 4T COMO UN CONJUNTO claro y acabado de objetivos no existe. El gobierno está lleno de contradicciones, se expresa concretamente en luchas de poder al interior del gabinete”. Esta fue una declaración a través de un audio del extitular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo Manzur, profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con una amplia trayectoria en la defensa del medio ambiente.

Lo anterior es un ejemplo de lo que en FRAGUA hemos dicho: Morena y el gobierno de López Obrador pertenecen a un agrupamiento político pluriclasista en sus intereses y composición; busca, la conciliación entre la burguesía, la pequeña burguesía y el proletariado, algo imposible, pero que se esfuerza por llevar a cabo. Es por ello que en el gabinete tiene a Víctor Villalobos y tenía a un Víctor Toledo, pues AMLO cree que aunque Toledo ya renunció, estos pueden coincidir en algún punto.

Esa lucha en el gabinete es una expresión de la lucha de clases que se expresa en algo tan concreto como prohibir el uso o no del glifosato, un herbicida de amplio espectro.

Así pues, tenemos a un Víctor Manuel Villalobos Arámbula (que ha forjado una carrera promocionando productos transgénicos por el mundo), quien ha sido aliado y empleado de grandes empresas transnacionales que se desarrollan en el ambiente agroindustrial y fue uno de los principales promotores de la muy conocida “Ley Monsanto”, la cual permitió la siembra experimental de maíz transgénico (en 2013 gracias a la lucha del pueblo se prohibió la siembra en el país) y la entrada de productos transgénicos sin especificar en la etiqueta cuál es su origen, así que los cereales de caja, las tortillas, nuestros juguitos de soya, incluso nuestra ropa pueden tener transgénicos y nosotros ni enterados.

¿Qué relación guardan los productos transgénicos y el glifosato? La mayoría de los cultivos transgénicos fueron modificados para soportar la aplicación de herbicidas, en especial del glifosato, que elimina todo a su alrededor sin matar al cultivo de interés comercial; las empresas agroindustriales han monopolizado y fomentado paquetes tecnológicos (semillas, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, herramientas, etc.) elevando sus ganancias al acrecentar la dependencia de los productores agrícolas.

El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo desde 1974, cuando la empresa Monsanto lo sacó al mercado bajo el nombre de Roundup y hasta el 2000 tuvo exclusividad en su producción, pues en ese año venció la patente, desde entonces otras empresas empezaron a producirlo.

Bayer, BASF, DuPont y ChemChina son las empresas que acaparan el negocio de insumos para la agricultura y han invertido mucho dinero para ocultar todo lo malo que puede provocar el uso de herbicidas, en especial del glifosato. Estudios científicos recientes demuestran las consecuencias que tiene el uso de este veneno, que van desde dolores de cabeza, ansiedad, depresión, desarrollo de enfermedades metabólicas, neurológicas, desórdenes en el sistema reproductivo, y una relación directa en el desarrollo de cáncer de distintos tipos, lo cual hizo que en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasificara como probable cancerígeno. Por si no fuera suficiente, también causa grandes afectaciones al medio ambiente al provocar la pérdida de biodiversidad, contaminar el suelo y cuerpos de agua, así como la creación de malezas resistentes que provocan la utilización de mayores cantidades de agroquímicos.

Pese a todo lo anterior las empresas y sus aliados dicen que si el glifosato se usa correctamente no causa ningún daño, pero los estudios científicos como el realizado en Autlán de Navarro, Jalisco, revelaron la presencia de glifosato en la orina de niños y adolescentes y demostraron que nuestras tortillas tienen residuos de dicho herbicida…

Las empresas de venta de venenos tienen campañas de desprestigio contra estos estudios y para aquellos que se oponen a su uso.

Después de lo dicho por Toledo, las reacciones no se hicieron esperar, saltaron personajes como Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), quien aseguró que sin el glifosato se perderán millones de pesos, se incrementará la pobreza y nos volveremos más dependientes alimentariamente…será el fin y el desastre de la producción agrícola en el país. El CNA pertenece al Consejo Coordinador Empresarial y, por lo tanto, sirve a los intereses de su clase: la burguesía.

Otra persona mencionada en el audio grabado de manera ilegal donde Toledo expresa su opinión fue el jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo Garza, de quien hablamos en el FRAGUA 50 y advertíamos que es uno de los promotores y beneficiados del neoliberalismo, por lo que busca a toda costa favorecer a empresarios como German Larrea, el hombre responsable del mayor desastre ambiental en México.

Frente a los neoliberales en el gobierno tenemos ¿o teníamos? al equipo que le apuesta a una producción libre de productos tóxicos, pues existen diferentes prácticas y productos que pueden sustituir la función del glifosato. El dejar de utilizar agrotóxicos es complicado, ya que las empresas han hecho asequible dichos productos a los campesinos de todo el país y los han hecho dependientes de ese producto. Sin embargo esto no significa que sea imposible trascender a una producción que no atente contra la vida del hombre y de la tierra: prohibir el uso del glifosato y que las empresas se hagan responsables por los daños que han provocado en la población y la naturaleza sería un primer paso.

En esta lucha de clases el pueblo no puede quedarse al margen, debe exigir que en el gobierno se queden los hombres que no están a favor de los empresarios neoliberales, en el gabinete no debe ganar la postura de los conservadores, de quienes quieren mantener un sistema económico que se basa en la explotación del hombre por el hombre, de esos empresarios que son capaces incluso de ordenar allanar la casa de un secretario de Estado como Toledo, robar cosas y derramar glifosato en la misma como lo denunció Toledo el 02 de septiembre cuando expuso los motivos de su renuncia.

El pueblo organizado debe tomar las riendas, exigir que se termine en la vía de los hechos el neoliberalismo y así ayudar al campesino mexicano. Impulsar el desarrollo del país es igual a derogar todas las reformas estructurales que se hicieron desde hace más de 36 años para favorecer a los grandes monopolios trasnacionales.

¡Arrancar el neoliberalismo de raíz;

construir la democracia popular y el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la Portada del No. 57 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), septiembre, 2020.

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