Outsourcing: fuego amigo en el Senado

X OLEP/Fragua

EL PASADO MES DE DICIEMBRE, la discusión en relación con el dictamen sobre la regulación de la subcontratación (práctica también conocida como outsourcing) fue suspendida. Bajo la excusa de que hace falta “más discusión y la participación de todos los sectores involucrados” (léase aquí “el visto bueno de los empresarios”), el senador Ricardo Monreal Ávila detuvo el dictamen de reforma a las leyes Federal del Trabajo (LFT) y del Seguro Social (LSS).

Los empresarios, los cuales se han expresado por medio de sus principales agrupaciones políticas, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), no han dejado de manifestar su rechazo a la regulación del outsourcing, y han conseguido, a pesar de su aprobación en el Senado, ganar tiempo gracias a las maniobras de su aliado en esta Cámara.

Como hemos señalado en el número 49 de FRAGUA, los argumentos mezquinos de estos empresarios han sido los argumentos de siempre: “Las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social no deben contener regulaciones que menoscaben la estabilidad de las empresas, pues se inhibirá la creación de empleos y se ahuyentará a los inversionistas”. Pero, ¿qué significa para nosotros los trabajadores la tan mencionada “estabilidad de las empresas”?

Significa pisotear los derechos laborales que han conquistado los trabajadores en la lucha de clases contra los empresarios; significa seguir sobreponiendo los privilegios de unos cuantos empresarios por encima de los intereses del pueblo trabajador; significa continuar con los abusos hacia miles de trabajadores que son despedidos para evadir obligaciones patronales (380 mil trabajadores en el mes de diciembre, según el presidente en su mañanera del 15 de enero del presente año); significa perpetuar la evasión fiscal y la defraudación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mediante la simulación de la relación obrero-patronal (una simulación que cuesta al pueblo trabajador 500 mil millones de pesos).

En resumen, esta “estabilidad” que buscan a toda costa los empresarios que rechazan la regulación de la subcontratación significa, para nosotros los trabajadores, una traba a lo que sería un primer paso en la lucha por reconquistar los derechos laborales que hemos perdido por lo menos los últimos dos sexenios.

Por eso, como Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), consideramos que si bien es acertada la ofensiva oficial para regular la subcontratación, y juzgar como “delincuencia organizada” la práctica de evasión y defraudación al fisco y a las instituciones de seguridad social, es necesario seguir impulsando, a través de la organización popular e independiente, la lucha contra el outsourcing más allá de su regulación: hay que luchar hasta terminarlo, hasta que deje de ser considerado algo casi natural en la relación obrero-patronal.

Además, insistimos en que no se puede confiar en la “buena” voluntad de los empresarios, en la promesa de que no van a incurrir en prácticas abusivas, como el despido de miles de trabajadores con tal de evadir sus obligaciones fiscales, etc.; porque, a la luz de los hechos, sabemos que los empresarios echarán mano de sus aliados en las diferentes fuerzas políticas para asegurar sus intereses económicos. Tal es el caso del senador Ricardo Monreal Ávila, quien, a pesar de pertenecer a Morena y ser éste el partido que ha impulsado la regulación del outsourcing, es un enemigo de la clase trabajadora dentro del proyecto de la Cuarta Transformación.

Como parte del pueblo organizado, no podemos dormirnos en nuestros laureles, descuidando la labor para crear una organización combativa y la agitación política en torno a las demandas más sentidas del pueblo, dentro de las cuales garantizar y respetar los derechos laborales pasa por arrancar de raíz la subcontratación (u outsourcing); no podemos echarnos a dormir, confiando en los logros obtenidos en la actual administración federal, pues, como el caso de Ricardo Monreal Ávila, hay chapulines dentro de Morena que siguen defendiendo los intereses de clase de la burguesía en nuestro país.

Por eso te invitamos a leer, debatir y hacer tuyo nuestro Programa Mínimo de Lucha, para así luchar por que se nos devuelva al pueblo trabajador todo lo que los empresarios han robado en los 32 años de política neoliberal en nuestro país.

¡Trabajo digno, salario justo y seguridad social!

¡Contra el despojo, la represión y la explotación;

resistencia, organización y lucha por el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección de Trabajo del No. 50 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Febrero, 2020.

Contacto:

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