La rebelión de los parásitos. Los ricos también lloran

x OLEP/Fragua

EN DÍAS RECIENTES ha circulado en redes sociales un video en el que aparece un trabajador, a través de una ventana de autobús, gritando: “Los obreros movemos a México, pinches ridículos”. El enojo de este hombre fue suscitado por la marcha en automóvil realizada el pasado 30 de mayo, convocada por el Frente Nacional AntiAmlo (FRENA) y compuesta por algunas decenas de “ciudadanos indignados” a bordo de lujosos carros, quienes mostraban cartulinas en las que se leía: “AMLO vete ya”, “AMLO farsante, comunismo fuera, no más socialismo del siglo XXI”, “No queremos un dictador”, entre otras frases más.

FRENA es un agrupamiento de la burguesía que acusa a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de dictador comunista, y de instaurar un régimen socialista que llevará al país a la pobreza y al hambre, a través de la aplicación de una agenda progresista, que incluye el derecho al aborto y el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ. Creado el 5 de abril de este año, este frente está integrado por Gilberto Lozano, Pedro Luis Martín Bringas, Pedro Ferriz de Con, Rafael Loret de Mola, Juan Bosco Abascal y otras 64 personas más, de las cuales sólo han dado a conocer menos de una veintena de nombres, y tiene como objetivo remover a AMLO de la presidencia antes del 30 de noviembre, pues según se lee en su página web AMLO es “el origen y causa raíz de cientos de manifestaciones y golpes a la libertad, la democracia, la armonía, la paz, el bienestar, la justicia y la verdad”.

Aunque algunos de sus miembros, como Gilberto Lozano, llevaban desacreditando a AMLO desde que era candidato a la presidencia, el nacimiento de este frente se da después de un largo encuentro en el pasado mes de abril entre el actual presidente y el “Grupo de los diez”, que aglutina a los 10 burgueses regiomontanos más ricos del país, algunos de los cuales participan en el FRENA y son miembros del Consejo Coordinador Empresarial.

Entre las principales demandas del FRENA están que ante la pandemia por el Covid-19 el Gobierno federal conceda una prórroga al pago de impuestos a las “pequeñas y medianas” empresas, que proporcione apoyos fiscales a dichas entidades y que adquiera una deuda por 1 billón de pesos para rescatar a las empresas que resulten afectadas por la pandemia. Como sabemos, AMLO ha sido firme en su postura: los impuestos tendrán que seguir pagándose, no existirán condiciones fiscales especiales para ninguna empresa y no contraerá deuda pública con ningún organismo internacional, para afrontar la crisis que la pandemia ha traído para la mayoría del pueblo trabajador.

Organización Soriana está conformada por diversas empresas entre las que resaltan cuatro parques eólicos, nueve gasolineras —en alianza con Hidrosina—, y las conocidas tiendas de autoservicio Soriana, las cuales, a cambio de una jugosa cantidad de dinero, ayudaron al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a realizar el fraude en las elecciones presidenciales del 2012, a través de la compra de votos con monederos electrónicos.

Soriana cuenta con 807 tiendas de autoservicio y es la segunda empresa más grande de comercio minorista del país, después de Walmart. Durante el 2019 tuvo ganancias por más de 3 mil millones de pesos, mientras que sólo durante el primer trimestre del 2020 tuvo ingresos por más de 38 millones de pesos. Cuenta con más de 96 mil trabajadores, a los cuales les paga en promedio entre 4 mil y 5 mil pesos mensuales.

Pero como si todo ese dinero no fuera suficiente, actualmente la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) abrió una serie de procesos en contra de este consorcio por alzas injustificadas en los precios del huevo, tortilla, azúcar, frijol, aceite, cubrebocas y gel antibacterial. En fin, una vez más la realidad muestra cómo la riqueza de la burguesía no proviene de su “trabajo arduo”, sino de la explotación, el robo y el fraude.

Por su parte, Gilberto Lozano, fundador del Congreso Nacional Ciudadano, organización que reúne a un sector de la derecha empresarial del país, fue director corporativo de FEMSA y parte del gabinete del gobierno de Vicente Fox.

Ahora, llenos de furia, estos burgueses lanzan alaridos en contra de AMLO: lo llaman traidor, narcotraficante y corrupto, lo acusan de regalar el dinero del erario a los migrantes centroamericanos, y de mantener al pueblo holgazán que sólo vive de dádivas y limosnas que el gobierno otorga. Incluso se han puesto en contacto con Jared Kushner, yerno de Donald Trump, para pedir la intervención de Estados Unidos en nuestro país. Así que además de parásitos golpistas, no tienen reparo en demostrar su condición de lacayos del imperialismo. No es casualidad que guíen su actuar en la doctrina de Gene Sharp, rostro público de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, y creador de la estrategia llamada “golpes suaves”, a través de la cual Estados Unidos ha buscado derrocar al gobierno legítimo de Venezuela.

Detrás de esas acusaciones y llamados de auxilio hay un desprecio al pueblo y a la democracia, un menosprecio a los trabajadores que hartos de la miseria y la violencia votaron por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las últimas elecciones, pues vieron en ese partido una alternativa para salir del pantano del neoliberalismo y del terror en el que esa burguesía los ha sumergido.

Al igual que otros sectores de la burguesía, como el aglutinado en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), estos empresarios están enojados con algunas políticas del actual gobierno, pues afectan directamente sus intereses. Por ejemplo, no les pareció el anuncio que a mediados del mes de mayo hizo la Secretaría de Energía acerca de la suspensión de concesiones para las empresas que producen energías renovables (como Organización Soriana y sus parques eólicos), debido a que a través de esas licencias muchas empresas, como Walmart, Soriana, Oxxo, Nissan, Cemex, Telmex, Kimberly Clark, Grupo Salinas, HSBC, Peñoles, General Motors, entre otras, no pagan a la Comisión Federal de electricidad (CFE) por usar la infraestructura pública para abastecerse de energía eléctrica.

Sin embargo, estos descontentos hacia la actual administración federal no deben confundirnos y hacernos caer en su trampa, pues de manera descarada y cínica llaman a ese pueblo que tanto desprecian a que se les una y se presentan ante él como sus representantes en la lucha por una vida mejor.

Es nuestra tarea como socialistas explicar que las contradicciones entre los diversos sectores de la burguesía o entre éstos y la pequeña burguesía no son antagónicas, es decir, que siempre encontrarán una manera de conciliar con tal de mantener el sistema que garantiza su riqueza y les permite cubrirse bajo el manto de la impunidad. Por lo tanto, es necesario exponer y convencer que las mejoras que el pueblo puede estar viviendo sólo serán permanentes y más amplias si luchamos de manera organizada y permanente por el socialismo.

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección Análisis del No. 54 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), junio, 2020.

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