Geopolítica del litio 2022. Una nueva amenaza para América Latina

x Federico Nacif

Los objetivos geopolíticos de Estados Unidos suelen traducirse en grandes cruzadas civilizatorias, siempre sustentadas en leyes internas de pretendido alcance universal.

Tal como describió recientemente el experto en relaciones internacionales Juan Tokatlian, mientras que en los años ‘90 se auto-asignó el papel de “cruzado internacional en materia de drogas”, después de los atentados a las Torres Gemelas de 2001 se lanzó a la lucha global “contra el terrorismo” y ahora, en medio de la actual confrontación con el eje China-Rusia, se proyecta como el “fiscal internacional en materia de corrupción”, para justificar lo que identifica como la lucha de “las democracias contra las autocracias”.

Al igual que en el pasado, la relación entre la nueva cruzada anticorrupción y la geopolítica de los recursos naturales no es un secreto. En el marco de la “Estrategia de Estados Unidos para Combatir la Corrupción” lanzada por Joe Biden en diciembre de 2021, la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado asumió la responsabilidad de la “Iniciativa de Transparencia sobre Industrias Extractivas” que, entre otras cosas, busca “combatir la corrupción en los sectores globales de gas, petróleo y minería”.

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Hacia una nueva globalización

x Juan J. Paz-y-Miño Cepeda 

Históricamente cabe considerar cuatro momentos de “globalización” del mundo.

El primero ocurre a inicios del siglo XVI, como consecuencia de la conquista y colonización de América. Europa pasó a ser el centro de la acumulación originaria o primitiva de capitales y España la potencia hegemónica. El mercantilismo de la época impulsó un activo comercio en beneficio de las metrópolis, al mismo tiempo que sentó una serie de precondiciones para la dependencia y el subdesarrollo de los países coloniales, como ocurrió con América Latina.

El segundo nace con la primera revolución industrial (máquina de vapor, industria), desde la segunda mitad del siglo XVIII, con la que se consolidó el sistema capitalista en Europa y los EEUU, bajo la hegemonía mundial de la Gran Bretaña. Los países latinoamericanos lograron la independencia frente a España y Portugal a inicios del siglo XIX, pero no despegó el capitalismo en los nacientes Estados-nacionales de la región. En ellos se consolidaron economías pre-capitalistas, basadas en el sector primario exportador, dominios oligárquicos y superexplotación interna de trabajadores, particularmente campesinos e indígenas, sujetos a formas serviles de relación laboral, que enriquecieron a reducidos grupos familiares y sociales. El mercado internacional benefició la industrialización europea, mientras los pocos recursos exportables latinoamericanos se sujetaron a los precios y a la demanda de los países centrales.

El tercero, a inicios del siglo XX, resultó de la segunda revolución industrial (petróleo y electricidad), que impulsó el nacimiento de gigantes empresas monopolistas y con ellas el auge del imperialismo como nueva fase del capitalismo. Los EEUU pasaron a ser la potencia hegemónica mundial y sus intereses, con la aplicación del monroísmo (“América para los americanos”), condicionaron a las economías latinoamericanas, cuyo despegue capitalista (exceptuando México, Brasil, Argentina) prácticamente ocurre a mediados del siglo XX.

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Mundo unipolar o multipolar

x Marcelo Colussi

“¿Por qué no te callas?” Rey Juan Carlos I, dirigiéndose a Hugo Chávez

Occidente tomó su posición por el robo a otros pueblos”. Vladimir Putin

El ideario socialista que atravesó todo el siglo XX y dio como resultado algunos procesos revolucionarios triunfantes –los primeros de la historia: Rusia, China, Cuba, Vietnam, Corea, Nicaragua– hoy día parece (o, en todo caso, lo quieren hacer parecer) como vetusto, inaplicable, condenado al museo. Pero no es así, pues las injusticias estructurales que lo hicieron brotar en el siglo XIX se mantienen inalterables. Si el socialismo es un grito de protesta ante las injusticias, por supuesto que sigue siendo válido, absolutamente vigente. Que las primeras experiencias socialistas presentaran problemas no lo descalifican. El capitalismo mata en el mundo 20,000 personas diarias por hambre: ¿no es para refutarlo? O más aún: ¿para cambiarlo completamente de una buena vez?

Marx y Engels, cuando reflexionaban sobre el sistema capitalista, pensaron en un proceso que no siguió exactamente como se tenía concebido en la segunda mitad del siglo XIX: el proletariado industrial urbano no terminó siendo la chispa que revolucionaría el mundo. En los países más desarrollados, un pequeño puñado del Norte, gracias justamente al crecimiento económico, sus trabajadores fueron teniendo un creciente nivel de vida; por tanto, la revolución socialista fue saliendo de agenda. En el Sur, más atrasado comparativamente, luego de esas primeras experiencias mencionadas –donde fueron procesos campesinos más que de organizaciones obreras urbanas–, la represión de estas últimas décadas y los planes neoliberales fueron sacando de agenda la idea de revolución socialista. Pero el socialismo sigue siendo la salida para tantas penurias de la humanidad. Si algunos comen demasiado bien en el Norte, es porque en el Sur el hambre es la constante. Qué nos espera si no llegamos a una sociedad de mayor justicia: ¿la catástrofe medioambiental, la devastadora guerra nuclear? “Socialismo o barbarie”, decía Rosa Luxemburgo. Parece que sí…; si no: el final de la especie está a la vuelta de la esquina.

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Estados Unidos y la geopolítica mundial

x Luis Britto García

La batalla entre globalistas y aislacionistas fractura el pilar central de la hegemonía imperial, la propia integridad y unidad territorial de Estados Unidos.

1 – Soporte estratégico de la hegemonía estadounidense es su ejército. Con 1.325.000 efectivos y una reserva de 1.500.000,  ocupa unas 900 bases alrededor del mundo, y para 2022 consume un presupuesto de 840.000 millones de dólares, más de la mitad del total del gasto armamentista   planetario (https://www.telesurtv.net › news › eeuu-propone-millon…). Repetidamente  derrotado   por países aparentemente más débiles, como Corea, Vietnam y Afganistán, sus armamentos han sido superados tecnológicamente por Rusia y China. Desde que la conscripción se hizo voluntaria, se le dificulta reclutar efectivos. Siguiendo el patrón recurrente de los imperios en decadencia, depende  cada vez más de contratistas mercenarios o aliados militares esencialmente foráneos, como la OTAN o el AUKUS (Australia, Reino Unido, Estados Unidos).

2 – El mayor pilar de la hegemonía estadounidense era el económico, con un PIB que alguna vez fue el mayor del mundo, pero que ahora es superado ampliamente por el de China; equivale a  su Deuda Externa y es aquejado por una crónica balanza comercial desfavorable. En los años sesenta, la manufactura reportaba 25 % del PIB; ahora, apenas el 11% de éste, debido a lo cual cinco millones de puestos de trabajo han desaparecido desde comienzos del siglo. En 2019, Estados Unidos producía 10.8 millones de vehículos, y China 25,7 millones (Martyanov: Disintegration: Indicators of the Coming American Collapse, Clarity Press Inc). Añadamos que sus reservas de hidrocarburos, al nivel de consumo actual, alcanzan apenas para unos 8 años.

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La OTAN va a por el mercado mundial de armas

x Daniel Kersffeld

Toda guerra implica una mayor acumulación de ganancias para aquellas empresas y corporaciones dedicadas a la fabricación y exportación de armamento. El actual conflicto entre Rusia y Ucrania no es la excepción, pero además aquí se agrega la búsqueda deliberada de reemplazar a uno de los actores de su papel como segunda potencia exportadora de armas a nivel global.

Dentro de las empresas armamentistas que más vienen recaudando se encuentra la estadounidense Lookheed Martin Corporation. Sus ventas aumentaron más de un 26% desde principios de año y su beneficio neto en el primer trimestre ha sido de casi 2 mil millones de dólares. Se espera que sus ventas aumenten significativamente durante el actual y el próximo trimestre.

Raytheon, otro de los gigantes armamentísticos de EEUU, se ha especializado en la fabricación de misiles supersónicos: de hecho, la bazuca antitanque Javelin (en colaboración con Lockheed Martin), se ha convertido en uno de los símbolos del ejército ucraniano. Su cotización ha subido más de un 10% en la bolsa desde enero pasado.

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¿Crisis accidental?

x  Michael Welch / Michael Hudson

Global Research: Estamos viendo hoy cómo la OTAN está aunándose en torno al llamamiento de EEUU para sancionar a Rusia, incluyendo su exclusión del sistema SWIFT. Están siendo golpeados con sanciones para dañar, «sanciones infernales» como diría el presidente Biden, y no parece que esté funcionando. Pero las sanciones están volviendo como un bumerán y golpeando muy duramente a la UE y a los EEUU con subidas de precios de alimentos, fertilizantes, petróleo y gas. Pareciera que están provocando la agresión rusa, como si le hubieran obligado a hacerlo.

Sabemos que esto no es cierto, es decir, es algo en lo que han estado trabajando todo este tiempo. Pero, ¿cuál era realmente el objetivo estratégico de provocar a Rusia para que fuera a una guerra de sanciones con Ucrania? ¿Preveían que Rusia pediría clemencia o hay algo más en juego?

Michael Hudson: Creo que es justo lo contrario de lo que has dicho. La guerra no es contra Rusia. La guerra no es contra Ucrania. La guerra es contra Europa y Alemania. El propósito de las sanciones es impedir que Europa y otros aliados aumenten su comercio y sus inversiones con Rusia y China, porque EEUU vio que el centro del crecimiento mundial no está en Norteamérica ahora que se está desindustrializando. Seguir las políticas neoliberales desde la década de los 80 ha terminado por vaciar la economía estadounidense. ¿Y cómo diablos puede EEUU mantener la prosperidad si ha perdido la capacidad de crear riqueza?

La única forma de mantener la prosperidad si no se puede crear en casa es obtenerla del exterior. Y el intento, desde hace un año, del presidente Biden y de los neoconservadores estadounidenses, fue bloquear el Nord Stream 2, y en su defecto, bloquear todo el comercio energético y de otro tipo con Rusia; para que EEUU pudiera monopolizarlo por sí mismo. Una de las principales herramientas de los últimos cien años de control de la economía mundial por parte de EEUU ha sido la industria del petróleo, controlando así el comercio mundial de energía. La energía es la clave del PIB, de la productividad de todos los países, y la idea de que el comercio energético saliera del control de EEUU y entrara en el de otros países amenazaba la capacidad de EEUU de desactivar a otros países.

Así que la provocación de la guerra en Ucrania y la provocación de una respuesta por parte de EEUU ha permitido a este país decir: “miren lo mal que lo está haciendo Rusia, se está defendiendo”. Defenderse contra EEUU es una declaración de guerra, porque eso significa que se está rompiendo con el sistema dolarizado, y con ello, la posibilidad de que otros países se liberaran fue vista por los EEUU como un desafío a su capacidad de dictar políticas y de utilizar la diplomacia del dólar para hacerse con el control de sus posiciones de liderazgo.

El temor de los EEUU, por supuesto, es que el movimiento ecologista sea capaz de moverse para detener el calentamiento global mediante la reducción del uso de los combustibles de carbón, el petróleo y el gas. Así, al crear esta crisis en Europa, los EEUU en gran medida… basan su política exterior en la aceleración del calentamiento global; acelerando la utilización del carbón y del petróleo como los combustibles del futuro. Creo que el presidente Biden hoy está en Polonia prometiendo que reemplazará el petróleo ruso por carbón polaco. Y por carbón americano, por eso el presidente Biden tiene al senador Manchin, del lobby de la industria del carbón, como presidente de la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado..

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Suecia y Finlandia en la OTAN: una transfusión de sangre a un moribundo

x Alberto Cruz

Que es una amenaza para Rusia es evidente, pero relativa. Que no es una revitalización de la OTAN, esa a la que el presidente francés, Macron, se refirió hace algo más de un año como que estaba en “muerte cerebral”, es algo que tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo en Ucrania y que no es alentador para quienes la impulsan.

Así que, por partes.

Como ocurre siempre, nos quedamos mirando el dedo cuando lo que hay que mirar es la luna. Por lo tanto, hay que mirar más allá, mucho más allá de esta posible incorporación porque Ucrania no es la razón sino la excusa. Porque la decisión de ampliar la OTAN por el norte helado de Europa no tiene nada que ver con la estepa ucraniana. Viene de mucho antes, y tiene una palabra que lo explica: Ártico.

El control del Ártico, donde Rusia está trabajando muy denodadamente y tiene grandes infraestructuras, sobre todo gasísticas, lleva años siendo un «dolor de cabeza» para la OTAN e, implícitamente, así lo ha reconocido el presidente de Finlandia al afirmar que Rusia no tiene ningún plan para atacar a su país, pero que «hay otras cosas».

Esas otras cosas son monetarias. Porque desde hace años EEUU viene protestando ante Finlandia porque este país es donde se construye una parte de los rompehielos que tiene Rusia en funcionamiento para trabajar en el Ártico. Por lo tanto, Finlandia no entra en la OTAN por ideología, ni porque se sienta amenazada, sino por la cartera. Porque se asegura, y pronto lo veremos, un suculento contrato para la construcción de la flota de rompehielos de la OTAN, que ahora es inexistente.

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La alianza entre el MI6, la CIA y los banderistas

x Thierry Meyssan

Después de haber mostrado cómo los discípulos de Leo Strauss prepararon desde ‎Washington la guerra en Ucrania y orquestaron el ataque de Kiev contra el Donbass el ‎‎17 de febrero, el autor nos recuerda la historia secreta que vincula a los anglosajones ‎con los banderistas desde la caída del III Reich. Lanzando una importante alerta, ‎Meyssan observa que la opinión pública occidental ha sido incapaz de percibir el ‎resurgimiento del racialismo nazi en Ucrania y en los países bálticos y que tampoco sabe que muchos ‎de los ucranianos que hoy llegan a Europa occidental están permeados por la ‎ideología banderista. ¿Habrá que esperar a que comiencen los atentados nazis ‎en Europa occidental para que despierte la opinión pública?‎

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Rusia frente a Ucrania Imperios, pueblos, energía

x Carlos Taibo

Las tensiones entre Ucrania y Rusia, con las potencias occidentales en la trastienda, han reaparecido en 2022. Con vocación pedagógica, pero también con la de contestar buena parte del discurso que nuestros medios de comunicación ofrecen, este libro se propone analizar las claves fundamentales de esas tensiones. Al respecto sopesa la condición contemporánea de los dos países, la crisis ucraniana de principios de 2014 y las diferentes tramas que se han revelado en Crimea y en la Ucrania oriental. Aporta al tiempo una reflexión crítica sobre el papel que en todo lo anterior corresponde a Estados Unidos, a la Unión Europea y a la propia Rusia.

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La falsa noticia de Bucha esconde la derrota del ejercito ucraniano

x MK Bhadrakumar

Este lunes un Moscú, indignado, exigió con enojo una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por las acusaciones de «atrocidades cometidas por las tropas rusas» alrededor de Kiev. Prima facie, esta acusación es una noticia falsa, pero puede moldear percepciones erróneas cuando el público se expone a una desinformación sistemática.

Según Tass : «El Ministerio de Defensa ruso dijo el domingo que las Fuerzas Armadas rusas habían abandonado Bucha, ubicada en la región de Kiev, el 30 de marzo, mientras que «la evidencia de los crímenes» surgió solo cuatro días después, cuando ya habían llegado al pueblo los oficiales del Servicio de Seguridad de Ucrania. El ministerio enfatizó que el 31 de marzo, el alcalde de la ciudad, Anatoly Fedoruk, confirmó en un video que no había tropas rusas en Bucha. Sin embargo, no dijo una palabra sobre civiles asesinados a tiros con las manos atadas a la espalda».

Aún más sorprendente es que a los pocos minutos de las «noticias de última hora», los líderes occidentales (jefes de estado, ministros de relaciones exteriores, políticos) aparecieron con declaraciones solo basadas en videos de segundos de duración y un puñado de fotos. Toda la elite occidental dispuesta a verter rapidas acusaciones. No buscaron la opinión de expertos, no se ha hecho ningún trabajo forense, no se ha dado la oportunidad al acusado de ser oído.

El presidente francés, Emmanuel Macron, detuvo su campaña electoral (en la que está empatado con Marine Le Pen) para calificar como «crimen de guerra» la supuestas «atrocidades rusas». Lo mismo hizo el canciller alemán Olaf Scholz, quien está en un gran problema ya que Alemania registró una inflación de +7,3 por ciento en marzo.

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